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Contrario a lo que pudiera pensarse, la pasión infantil de Nicolás Benedetti no era el futbol. Cuenta la leyenda que de niño, mucho más niño —apenas cuenta con 21 años—, paseaba por las calles de Cali en bicicleta y afirmaba que de grande sería un gran competidor, pero...
El destino tenía otro futuro para él. Iba a toda velocidad cuando tropezó con lo que en Colombia llaman un policía acostado, un tope, perdió el control y fue a dar de cara contra el pavimento.
Perdió tres dientes y el amor por la bicicleta. Juró no volverse a subir a su amada compañera y su padre, al ver esto, de inmediato lo inscribió a una academia de futbol.
El resto es historia y hoy, ese accidente lo ha hecho llegar de una u otra forma al América.
A Benedetti le dicen el Poeta, porque comparte apellido con el dramaturgo, periodista y poeta uruguayo, Mario Benedetti.
Pero de ahí en fuera, no hay mayores similitudes.
Su carrera es corta. Debutó el 18 de julio de 2015 con el Deportivo Cali, justo cuando acaba de cumplir los 18 años de edad.
Ese día metió un gol.
Con su llegada inicia la renovación de las Águilas. De la mano del joven que juega de volante por la izquierda o de enganche, y que dicen es el nuevo James Rodríguez, Miguel Herrera tendrá que rearmar a su equipo, cimentado en el triunfo, pero debilitado por las ambiciones personales de quienes querían volar a Europa (Diego Lainez) o minutos para jugar (Cecilio Domínguez).
Pero falta más. América aún va por otro u otros elementos. Tiene hasta las 23:59 horas de hoy jueves para amarrar refuerzos. Su sueño es Nicolás Castillo, lo que todavía no pueden oficializar debido a que el representante del chileno quiere llevarlo hasta lo último para sacar una mejor tajada. El acuerdo entre Águilas, las de Coapa y del Benfica ya es un hecho.