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El Historiques American 1921 de Vacheron Constantin y las secretas tentaciones que disimula su elegancia. No tantos relojes pueden convertirse verdaderamente en objeto de deseo. Y solo uno de no muchos realmente te hace afortunado por designio propio. El Historiques American 1921 está tocado por los celosos dioses que custodian el tiempo. Es maravilloso llevar un reloj que no baila en la muñeca, ni tampoco te aprieta. Cae naturalmente ajustado.
HORAS FELICES
“El reloj no existe en las horas felices”, escribía el prolífico autor vanguardista Ramón Gómez de la Serna. El American 1921 esconde un secreto decálogo hedonista. No es solo un reloj, sino una explosión de felicidad. Tras la Primera Guerra Mundial en la vieja Europa, América era el horizonte donde el tiempo emergía con la desbordante vitalidad de un promisorio amanecer. Los hombres comenzaron a afeitarse la barba y la juventud era, en sí misma, un valor en alza.
Dice la ciencia que resulta matemáticamente imposible lograr la cuadratura del círculo. Pero creo que Vacheron sí resolvió este problema. Su diseño apunta a un sutil cuadrado casi perfecto y ligeramente estilizado gracias al bisel, pero con una carátula completamente redonda. Elegante y realmente cómodo gracias a sus poco más de 8 mm de grosor. La correa de piel de becerro es tersa y ligera con la hebilla ardillón forjada como la cruz de Malta.
PLACER Y VIRTUD
Nos santiguamos como aquel reverendo que leía en el púlpito sus sermones mientras prestaba atención a la hora en su American. Pero nos queremos sumar el aniversario de la pieza de la maison ginebrina de una manera más divertida —y quizá, en aquellos tiempos, pecaminosa o prohibida—. Jugamos al póker y lanzamos los dados. Es el mismo juego irracional del que puede presumir este guardatiempo con su atrevido diseño tan poco convencional. Un giro de 45 grados en su carátula que lo hizo tan afortunado como para alcanzar un siglo de vida.
Nuestro querido Christian Selmoni nos confesó, en una presentación a distancia, que no saben ni consta en los archivos los nombres de los diseñadores del American 1921. El origen de la pieza se remonta a 1919. La Referencia 11032, primera creación, mantenía un aire militar y totalmente funcional con manecillas góticas y grandes cifras al estilo pilot, pero se fabricaron pocas piezas. Y en 1921, tras varios estudios, nacería la Referencia 11677, el diseño más cercano al que estamos usando. En su origen estético, influyó la funcionalidad de usar la pieza para manejar el automóvil. Aquellos primeros autos que el progreso arrojaba a toda velocidad en nuestras calles. Pero hoy no toca conducir ningún carro, así que vamos a degustar un trago de whisky después de tentar a la suerte.
DANDY Y FLÂNEUR
Entre la viva nostalgia del dandy y la apagada melancolía del flâneur, prefiero disfrutar de un sillón y rebuscar por viejos libros tras el ajetreo del casino. El American 1921 de Vacheron Constantin cumple 100 años y no ha cambiado nada —salvo su mecanismo, obviamente—. ¿Quién no sueña con la eternidad? El American se lanzaba justo en los años 20, cuando el pocket watch dejaba de usarse progresivamente y comenzaba a convertirse en antigualla. Y el reloj de pulso, por otro lado, empezaba a lucirse con originalidad en las muñecas. Una joya seductora masculina y femenina por igual en este momento.
Relojería de autor que no pasa desapercibida, realmente atrevida y bella. Hoy nuestra alianza con el azar fue el camino más corto para alcanzar la virtud. En el juego, todo está permitido. Un ejercicio racional tan irracional que provoca alegrías desmedidas cuando ganas. Y la apuesta es ganadora con creces. Me acabé el whisky y alimenté la cuerda del reloj. El sonido del muelle es regular y delicado. Una tensión mecánica sutil que puede durar otro siglo de vida.
Fotos: Víctor Ayala