Más Información
Sheinbaum es una "consumidora voraz" de información: José Merino; el tablero de seguridad, herramienta clave, destaca
IMSS-Bienestar asegura mantener contratados a 2 mil trabajadores en entidades no adheridas al organismo
Rosa Icela Rodríguez se reúne con próximo titular del INM; “arrancaremos el 2025 con mucho trabajo”, asegura
SSa llama a tomar medidas preventivas ante bajas temperaturas; pide proteger salud por temporada invernal
Oposición tunde diseño de boletas de elección judicial; “la lista definitiva la harán Monreal y Adán Augusto”, dice Döring
Estamos ante una de las firmas que mejor pone en valor el legado vintage actualmente. Y tal vez se deba a su equilibrado diálogo entre los diseños originales y el buen gusto totalmente fiel a un legado pero que no se cae en la repetición banal. Tudor mantiene intacto el espíritu del pasado y simultáneamente trae sus piezas al presente.
El mejor ejemplo es el Black Bay P01. Un prototipo desarrollado para la Marina americana que seguía las especificaciones del gobierno de Estados Unidos en completo secreto. El proyecto “Commando” nacía en 1967 y nunca vería la luz.
Desde los años 50 el Oyster Prince Submariner (Referencia 7928) fue el reloj de buceo de la casa más exitoso en la Marina y la posterior Referencia 7016 fue adoptada finalmente por la Armada estadounidense como reloj estándar de submarinismo. Aquel prototipo número 1 (P01) se presenta públicamente medio siglo después con su singular estética.
El nuevo Tudor P01 monta el calibre de manufactura MT5612 automáticopretendía originalmente funcionar como reloj de submarinismo y de navegación. Presentaba un sistema de eslabón abatible –ya patentado en 1968- que podía fijar o desmontar el bisel para un mejor mantenimiento de la pieza. El modelo actual no reproduce aquel pragmatismo funcional, sino que recupera la idea para montar un sistema de sujeción del bisel bidireccional completamente seguro gracias al eslabón móvil que se ubica a las 12 horas.
La pieza luce un robusto aspecto y mantiene códigos nostálgicos de la relojería con la esfera negra mate abombada y la fidelidad a la caja satinada con acabado mate. Las agujas angulosas “Snowflake” aparecieron en el catálogo de Tudor en 1969 por primera vez. Y la correa es de caucho con un revestimiento de cuero marrón. La nostalgia de la piel en honor al prototipo.
El nuevo Tudor P01 monta el calibre de manufactura MT5612 automático con rotor bidireccional que aporta 70 horas de reserva de marcha y funciones de hora, minutos, segundos y fecha. Uno de los calibres de manufactura que la casa ya implementó en sus últimos lanzamientos.
Su espiral es de silicio y el movimiento llega con certificación COSC (Control Oficial Suizo de Cronómetros). Caja de acero de 42 mm con el logo de Tudor en relieve en la corona, que se mantiene a las 4 horas con protección. Black Bay continúa consolidándose como el mejor estandarte del legado de Tudor con este nuevo lanzamiento.