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Gorilla Watches se pone salvaje. La marca independiente suiza fundada por el diseñador de raíces mexicanas Octavio García y su socio Lukas Gopp presenta tres nuevas referencias de su reloj Fastback.
Como el modelo original de 2016, los lanzamientos de este verano reúnen una serie de cualidades que los vuelven atractivos para varios tipos de público: desde conocedores que quieren hacerse de una pieza nacida de la mente de García, quien fue director artístico de Audemars Piguet durante varios años, hasta jóvenes que quieren comprar un producto de buena calidad, divertido, bien conceptualizado y de precio más que accesible para todo lo que ofrece.
Para desarrollar Gorilla Fastback, Octavio puso sobre la mesa recuerdos de su infancia, cuando ayudaba a su padre, un soldador industrial, a reparar los autos de sus amigos los fines de semana.
“Empacaba sus cosas, quitábamos partes, arreglábamos transmisiones, íbamos al mercado de pulgas para comprar sus herramientas, el olor del aceite, de la gasolina… todo se volvió mágico para mí”, contó en una entrevista con Tiempo de Relojes . “Ver esos carros viejos en el jardín trasero de mi casa, a veces durante meses, se volvió una parte integral de mi crianza y se transformó en una pasión por el poder de esos autos y lo que representaban. Eran sublimes”.
García cree que los relojes y los coches son los últimos productos emocionales que existen, y afirma que las décadas de 1960 y 1970 fueron un periodo fascinante para el diseño de ambos.
Gorilla Fastback es una interpretación personal de los poderosos y muy masculinos muscle car deportivos de esa época, un reloj con músculos marcados que combina carbón forjado, cerámica, titanio, acero y aluminio en una caja de 44 x 48.5 milímetros. El mecanismo es un Miyota 8215 de carga automática.
Esta combinación de materiales —resistentes, atractivos, con texturas contrastantes y que abren amplias posibilidades para combinarlos, como lo demuestran las tres novedades— es sorprendente para un reloj que cuesta sólo 880 dólares.
También la forma de la caja y su construcción son una declaración del dominio que Octavio tiene de las posibilidades de manufactura y de la experiencia que ganó en Audemars Piguet. Pese a ser una marca nueva, Gorilla tiene en el Fastback su producto emblemático sobre el cual puede construir su futuro.
Los materiales se reparten en capas separadas de distinto espesor, pero perfectamente ensambladas en un cuerpo cuadrado con el remate redondo de la esfera protegida por el cristal de zafiro. La hermeticidad es de 100 metros con corona enroscada y reverso cerrado y grabado con el logotipo de Gorilla y las características del guardatiempo.
"Estás viendo un objeto que combina materiales de un modo informado, como un diseñador industrial los juntaría para que el producto pueda vivir contigo, para que pueda ser algo que resista los golpes y movimientos, los traumas que enfrenta un reloj", explicó García. "Ves un objeto que se nota entendido en ergonomía, tanto que cuando te lo pones en la muñeca ya estás teniendo una experiencia con él. Creo que es un reloj que te hace sonreír en cuanto te lo pones en la muñeca.
En la esfera, la aguja corta de color claro marca las horas y las manecillas negras son decorativas, pues las tres juntas imitan la forma de un volante. La aguja larga señala los minutos y los números se inspiran claramente en un velocímetro.
La primera edición del Gorilla Fastback reunía el código cromático característico de los relojes racing: negro, rojo y blanco. En las tres novedades hay una explosión de color, que anuncia la posibilidad de más variaciones en el futuro. La versión "RS White" tiene cerámica blanca, anillo de aluminio anodizado rojo, correa de caucho blanco y números luminiscentes negros.
En la referencia "Acid Green", el anillo de aluminio, la correa y el minutero son precisamente de color "acid green"; el efecto luminiscente es blanco.
En el tercer modelo, Phantom Black, todos los elementos de la caja son negros, con números luminiscentes verdes y correa en caucho con patrón de camuflaje.
Sobre su estrategia de precios y de venta en línea a través del sitio www.gorillawatches.ch, García dice: "Fue un acercamiento de marketing muy bien informado. Debido a distintos factores, muchas marcas estuvieron aumentando sus precios durante los últimos 10 años y creo que al hacerlo fueron dejando abiertas ciertas áreas de oportunidad que nosotros podíamos aprovechar gracias a nuestra experiencia. Así que ésa fue una de nuestras motivaciones. Haber hablado desde siempre tanto con los minoristas como con los clientes, y haber escuchado sus preocupaciones y opiniones, fue determinante para tomar esta decisión. En esas conversaciones se basa lo que hicimos".
Nacido en Chicago e hijo de padres mexicanos, García estudió diseño industrial en Suiza y en 1999 comenzó a trabajar para Omega. Llegó a Audemars Piguet en 2003 como director de diseño y en 2010 fue designado Chief Artistic Officer de la firma que desde 1972 produce el Royal Oak, uno de los relojes emblemáticos de la industria.
Lanzar su propia marca le recuerda la emoción que sentía de joven, en Chicago, cuando pintaba graffiti en las calles. “Era algo un poco ilegal, pero esa sensación que tienes cuando estás haciendo algo un poco fuera de los límites, es maravillosa y liberadora. Me siento muy afortunado por haber podido sentir algo así y hoy poder seguir siendo capaz de expresarme, aunque ahora lo haga de otras formas. Puedo decir que el arte me salvó de muchas cosas malas”.