En los tiempos de incertidumbre se descubre lo mejor que cada uno puede dar de sí. Corum decidió no participar este año en Baselworld y, más allá de sus razones, su ausencia le obligó a realizar un esfuerzo mayor para dar a conocer sus novedades fuera del foco de la gran cita mundial de la relojería.
Lo consiguió una noche de abril con una espectacular gala de presentación en un hotel de Pekín —un guiño al origen de sus actuales propietarios— donde la estrella fue el Admiral AC One 45 Openwork Tourbillon. El modelo supone una evolución del instinto de progreso demostrado por Corum en los últimos años.
Lanzada en 2013, AC One fue una puesta al día de Admiral, una línea deportiva nacida en 1960 y caracterizada por la forma dodecagonal de su bisel y los gallardetes marinos decorativos de los índices horarios de la carátula.
Era una transformación acorde al cambio de gustos de la clientela que daba mayor importancia al bisel, redondeaba las formas de la caja y optaba por una presentación más discreta de la carátula al eliminar el elemento cromático de los gallardetes. Desde entonces ha sido una referencia el catálogo de Corum y no es extraño que le hayan elegido para potenciar su oferta futura.
Es interesante comprobar cómo el planteamiento del Admiral AC One 45 Openwork se ha diversificado en dos propuestas con el deseo de abarcar un segmento más amplio de clientela. En la versión automática están implícitas todas las características del nuevo modelo, aunque es en el tourbillon donde estas brillan en plenitud.
La caja es rotunda, con un diámetro de 45 mm y un grosor de 14.30 mm. Impone en la muñeca, ya sea en la versión de titanio de grado 5, el material más habitual en el Admiral AC One desde su creación, o en la de oro rosa con bisel de titanio PVD negro. Pero es en la carátula, o más bien en la ausencia de ella, donde se concentran las miradas.
Una disposición arquitectónica del movimiento es la imagen que nos ofrece desde su frontal, con una estructura en forma de cruz compuesta por cuatro formas redondas fijadas al mecanismo mediante puentes en acabado satinado. Los gallardetes marinos monocromáticos parecen salir del realce exterior con la intención de atrapar el movimiento en un magistral ejercicio estético.
El diseño también luce en la correa, diferente a la de la versión automática. Mientras la de esta última es de caucho, el modelo Tourbillon equipa una realizada en caucho y tejido sintético que cubre la totalidad del espacio de la caja para mejorar la ergonomía de la pieza y darle un aire más rotundo y deportivo. El resultado salta a la vista.
Características
Caja 45 mm de Titanio.
Hermeticidad 100 metros.
Reserva de marcha 42 horas.
Calibre CO 298 automático.