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La luna es responsable de las mareas, marca las estaciones del año, además de ser fuente de inspiración de grandes creaciones artísticas y desde luego una recurrencia de la alta relojería al representar sus ciclos. Y para Jaeger-LeCoultre simboliza el romanticismo y la feminidad.
Ahora y para aprovechar la cercanía del 76 Festival Internacional de Cine de Venecia, la maison presenta una nueva interpretación de las fases de luna, un homenaje a la fuerza y belleza femeninas plasmadas en la nueva colección Dazzling Rendez-Vous Moon.
Después de mostrarnos su interpretación lunar de día y de noche con los modelos Rendez-Vous Moon y Rendez-Vous Moon Serenity, ahora la firma nos deslumbra con una pieza que luce 108 diamantes, para dar forma a dos anillos concéntricos alrededor de su caja de 36 mm en oro rosa y para complementarla sus asas y corona también están engastadas con diamantes.
El engaste del anillo exterior se compone por 36 piedras, que dan un toque de ligereza a sus círculos. Técnica utilizada por Jaeger-LeCoultre para manufacturar el Modelo 101, un diseño concebido en 1920. Este trabajo se forjó para que la luz se refleje desde cualquier ángulo, el objetivo es que la pieza tenga luz propia y sea el protagonista por encima de sus partes metálicas.
Desde luego su esfera madreperla blanca deja ver la sutileza de sus detalles: las horas llevan un toque de diamantes en su anillo interior, sus numerales, de oro rosa, están engastados en una “tesela”, que da forma a un círculo interno conformado por 47 diamantes.
Las fases de luna se representan con una apertura a las 6 horas, donde se deja ver un cielo estrellado con aventurina, donde, su luna hecha de madreperla, juega con su escondite ubicado en una nube tallada para marcar los cursos lunares del ciclo mensual.
Este brillante se nutre de un Calibre 925/A1 mecánico In house, que da una reserva de marcha de 38 horas. Maquinaría que deja ver sus tornillos azulados, graneado circular, decoración Côtes de Genève y el distintivo rotor de cuerda de oro rosa, desde la parte trasera gracias a su cubierta de cristal zafiro.
Para complementar el brillo del Dazzling Rendez-Vous Moon, viene con un brazalete que de acuerdo a la marca “es una obra maestra de la orfebrería”, ya que tiene un engaste de 310 diamantes que simulan un rio de luz que envuelve la muñeca, tan suave como una delicada cinta.
Una pieza fiel al ADN de Jaeger-LeCoultre. En total se engastaron 478 diamantes para dotar de brillo a esta pieza que es un “homenaje a la belleza del cielo nocturno” y dese luego a la belleza de ellas.