Chopard presenta este L.U.C Skull One para redimirnos de la honda herida de la finitud de la existencia. Culto a la vida en México. “El artesano de las emociones” realiza un viaje desde Suiza hasta las creencias ancestrales más arraigadas de la cultura mexicana con esta pieza singular.
“Vanitas” es la última lección expresiva que convierte al guardatiempo en verdadero tótem sensible fabricado por los artesanos de esta casa familiar con manufacturas en Ginebra y Fleurier. Una calaca que destaca la vacuidad de la vida y la relevancia de la muerte como fin de los placeres mundanos.
Sin gesto pretencioso ni un artificioso diseño, la estética de este L.U.C Skull One es realmente fiel a la calavera que habita como símbolo sustancial en la ofrenda de los altares. La carátula negra lacada reproduce el estilizado cráneo del sincretismo espiritual que se mueve entre el ritual pagano prehispánico y la devoción católica milenaria.
Es una calavera desdentada que, rodeada por motivos lineales evocando los rayos de sol, bien pudiera estar cubierta de flores o lucir en perfecta combinación con un colorido corazón. El color oscuro contrasta con los números árabes e índices dorados. Las agujas tipo dauphine también son doradas.
L.U.C Skull One llega en 40 mm en una caja de acero DLC con efecto granallado. Este mismo efecto estético que proporciona al metal el acabado con pequeños relieves granulares se reproduce integralmente en corona, bisel, fondo, flanco y entreasas. En una pieza de armónica y clásica construcción con tan solo 7.20 mm de grosor y sumergible a 30 metros. Y, como gran secreto íntimo revelado del más allá, su fondo abierto exhibe el calibre con el tenebrismo comedido de su cristal tintado.
Skull One es un guardatiempo “haute horlogerie” con el calibre in house L.U.C 96.53-L automático. Es uno de los movimientos más novedosos e innovadores creados por la manufactura de Chopard. Fue desarrollado para el lanzamiento de la colección XP en 2017 con silueta ultrafina y el sello refinado para el insobornable gentleman.
Con tan solo 3.30 mm de grosor, el calibre monta dos barriletes con tecnología Chopard Twin que garantiza 58 horas de reserva de marcha gracias a su microrrotor de aleación de tungsteno.
Un sistema preciso de 172 componentes que late a 28,800 alt/h con espiral de terminal curva y bellos puentes decorados Côtes de Genève.
Este Skull One es una edición limitada de 100 piezas que representa la muerte explícitamente no como ausencia, sino como presencia viva y auténtico valor (mecánico) que desafía a la eternidad. Nuestra tradición asegura que solo los seres queridos pueden realizar el viaje y volver del más allá en Día de Muertos.
Del mismo modo concluimos que únicamente los objetos deseados se convierten en celebración que perdura en la memoria. Skull One es un pequeño amuleto que puede preservar las emociones más sinceras.