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Una experiencia fluídica certera. HYT llegó a Berger para presentar su nuevo H5 con una presentación original donde se pudo degustar mixología ad hoc. “Fluidity of time”, un cocktail exclusivo para adentrarse en la filosofía de la marca suiza que combina perfectamente ciencia, arte y precisión.
Cuando HYT presentó en Baselworld 2012 su reloj ‘líquido’, muchos expertos le vaticinaron una corta vida al proyecto, incapaces de ver su potencial de crecimiento. Todos aquellos malos presagios se han visto rebatidos ya que, siete años más tarde, la firma sigue demostrando las infinitas posibilidades de desarrollo de su propuesta.
HYT es una obra en marcha, capaz de reescribirse continuamente. Esta voluntad marca el camino del H5, también apodado “Cobra”. A simple vista hay pocas diferencias entre este reloj y modelos anteriores como el H0 el H1.0 o, incluso, al H1 que motivó el éxito de HYT en su primer año de existencia.
Pero no es así, el H5 cuenta con un nuevo movimiento propio, el primero desarrollado en la última media década y cuyo desarrollo tomó tres años. Además la solidez del proyecto queda confirmada con la participación de Eric Coudray, uno de los más talentosos relojeros de últimos años, responsable, entre otras creaciones, de los primeros Gyrotourbillon de Jaeger-LeCoultre y las grandes piezas de Cabestan.
La técnica del H5 es la misma que la del primer reloj: un fino capilar transparente rellenado por dos líquidos incapaces de mezclarse, cuyo recorrido es controlado por dos fuelles situados a ambos lados del tubo.
En HYT, lo ven de un modo más poético, hablando de la indicación de la hora como una metáfora del paso del tiempo. Además está la aportación de Coudray a este movimiento, bautizado con la referencia 501, que fue mejorar la exactitud de la indicación de la hora, el gran hándicap que han enfrentado los ingenieros de HYT al ser necesaria una gran estabilidad (incluso de temperatura) para que el reloj funcione correctamente.
La propuesta del maestro relojero consiste en un nuevo sistema de transmisión controlado por una leva de forma compleja que cuenta con trece posibilidades de ajuste para asegurar la marcha correcta. Su precisión es tan alta que los técnicos calculan un desplazamiento de apenas 1.5 micrones para que el líquido avance un minuto. Al igual que el resto del movimiento, la leva luce a través del fondo transparente de la caja.
La estética sigue la pauta de las entregas más recientes de la casa. Un cristal en forma de cúpula cubre al movimiento, construido en relieve y donde el lateral es aprovechado para ubicar los índices de hora. La novedad es que se ha fabricado un nuevo realce en neoralite (usado en su momento por Franc Vila) en cual se han insertado números árabes en relieve cuyo generoso tratamiento luminiscente hace que el reloj destaque especialmente en la oscuridad.