Se fue Lennon y queda McCartney. La joya independiente De Bethune se enfrenta al destino de muchos grandes dúos creativos. Su demiurgo filosófico David Zanetta ha dejado la marca que fundó en 2002 con el genial relojero Denis Flageollet. Este último seguirá concibiendo los prodigios técnicos de una marca que en 15 años ha desarrollado 26 mecanismos propios y una colección de belleza hiperbólica. La pregunta punzante es cómo “sonará” ahora.
“Nunca trataremos de ser como alguien más”, asegura Pierre Jacques, CEO y accionista de la firma desde octubre pasado. “Todo el ADN y el espíritu de los dos fundadores es parte de De Bethune. La evolución de la marca siempre ha tenido el mismo sentido estético y los mismos códigos. Cada reloj nuevo es como el prototipo del siguiente reloj, desde el Dream Watch 1 al DBS y al DB28”.
“Denis es un relojero, ingeniero e inventor con mucha curiosidad que no puede dejar de crear, como Paul McCartney es un músico que no puede dejar de tocar”, añade. “Ya está trabajando en un mecanismo totalmente nuevo que saldrá quizás el año próximo”.
Pierre Jacques, CEO y presidente de la junta directiva de De Bethune.
Sin Zanetta empieza a gestarse una De Bethune 2.0, como la define Jacques, en la que él será esencial. “No soy Lennon ni McCartney, pero tal vez sea como Brian Johnson cuando sustituyó a Bon Scott en AC/DC”, afirma con buen humor y siguiendo la analogía musical. “Tomó tiempo pero los fans lo aceptaron y al final su voz le hizo mucho bien al grupo”.
Pierre tiene mucho a su favor para que eso ocurra. Ya había dirigido la marca de 2011 a 2015, cuando vivió su mejor momento, aunque también cuando empezó la crisis por la que estuvo a punto de desaparecer. Pero la salvó de ese destino al liderar el fondo de inversión que en octubre de 2017 compró la mayoría de las acciones.
“De Bethune es una manufactura única con una riqueza enorme y su desaparición hubiera sido una gran pérdida para todo el sector relojero suizo”, dice. “Si De Bethune falla sería como si todos los independientes fallaran. Si una marca como ésta no puede sobrevivir, la existencia de muchas otras no tendría sentido”.
Con Franck Muller, Richard Mille, F.P. Journe, Urwerk, Greubel Forsey y MB&F, principalmente, De Bethune encabezó la revolución indie que refrescó y revitalizó a la industria. Los productos de estas pequeñas casas abrieron caminos estéticos y técnicos inéditos que después han sido explorados incluso por los grandes grupos del sector y que además han inspirado a una nueva generación de creadores.
Denis Flageollet, cofundador y genio relojero de De Bethune.
Para evitar nuevos escalofríos financieros en su segunda etapa al frente de la firma, Jacques ha puesto en marcha una estrategia realista. En 2018 harán sólo 100 piezas y en un plazo de cinco años su producción alcanzará un tope de 200. Ya han reducido los precios de toda la colección entre 20 y 30%, como estaban antes de 2015. En México tienen un nuevo distribuidor, Raconli, con mucha experiencia en el manejo de marcas independientes.
“No espero vender 500 o 3 mil relojes anuales, debemos mantenernos donde estamos y ser quienes somos”, explica. “Es importante empezar poco a poco, queremos crear demanda y no presionar la producción para concentrarnos en la calidad y la creatividad, hacer los mejores relojes con los mejores acabados. Después de los salones de Ginebra y Basilea tenemos unas 160 piezas pre-vendidas, así que confiamos en que la estrategia está funcionando”.
“De Bethune seguirá siendo muy exclusiva, tendrá el mismo sentido y Denis nunca dejará que tomemos otra dirección, él es el guardián de la marca”, afirma. “No veo ningún obstáculo para que sigamos siendo creativos e innovadores”.
El reloj estandarte de la era Jacques-Flageollet es el DB28 Steel Wheels, evolución del DB28 que en 2011 ganó el premio más importante del Grand Prix d’Horlogerie de Genève. Con este lanzamiento Pierre prueba el punto de que su proyecto apuesta por respetar el legado de los fundadores.
“Para las manecillas de zafiro con borde de acero azul la inspiración vino del DB26 Perpetual Calendar, la caja ya existía y lo que hicimos fue esqueletizar el mecanismo. Diría que hay una continuidad, es creativo, un reloj hermoso que provoca mucha emoción. Podemos tomar muchos elementos de diseño de la colección existente para inspirarnos. Tenemos tantos mecanismos, cajas, manecillas y muchas otrqs cosas que han sido creadas internamente, que podemos seguir jugando como niños con un Lego”.