El forma parte de numerosas tradiciones sociales y culturales alrededor del mundo desde tiempos remotos. Sin embargo, no siempre se analizan las consecuencias que el alcohol puede generar en el organismo. De acuerdo con diversos estudios científicos, tanto la cerveza como el vino presentan riesgos significativos, aunque sus efectos no sean idénticos. Conocer estas diferencias se ha convertido en un tema de importancia para la salud pública, sobre todo en sociedades donde el consumo de alcohol es tan común.

¿Por qué la cerveza podría ser más perjudicial?

Una de las razones principales radica en que la tiende a consumirse en mayor volumen que el vino, debido a su menor concentración alcohólica, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Esto provoca que, en eventos sociales, las personas beban repetidamente, incrementando el aporte calórico y la cantidad de alcohol ingerido. Además, un estudio de la Facultad de Medicina de Tulane señala que quienes prefieren la cerveza suelen presentar dietas menos saludables y más propensas a fomentar el aumento de peso.

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Riesgos más destacados de la cerveza

  1. Mayor ingesta de calorías: Por lo general, la cerveza tiene un contenido calórico más alto que el vino. Al consumirse en mayores volúmenes, contribuye de manera significativa a la ganancia de peso, especialmente en la zona abdominal.
  2. Incremento en la grasa hepática: El abuso de la cerveza acelera la acumulación de grasa en el hígado, lo cual puede desencadenar enfermedades como la esteatosis hepática.
  3. Probabilidad de diabetes tipo 2: El consumo frecuente de cerveza puede desequilibrar los niveles de azúcar en sangre y favorecer la resistencia a la insulina.
  4. Afectaciones cardiovasculares: La ingesta excesiva de alcohol en general, y de cerveza en particular, puede perjudicar la salud del corazón, elevando el riesgo de padecer problemas cardiovasculares.

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¿Qué sucede con el vino?

El vino no está exento de riesgos si se consume en exceso. Sin embargo, algunos estudios relacionan cantidades moderadas de vino tinto con potenciales beneficios para la salud cardiovascular, dada la presencia de compuestos antioxidantes como el resveratrol. De todos modos, es crucial subrayar que cualquier ventaja se anula cuando la ingesta supera los niveles recomendados por expertos en nutrición y salud.

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