El maíz, uno de los alimentos más antiguos y consumidos en todo el mundo, forma parte de la dieta diaria de millones de personas. Originario de América, este cereal ha sido base de la alimentación en diversas culturas, a tal punto que cuenta con una celebración especial en México: el Día Nacional del Maíz, que se conmemora cada 29 de septiembre.
Pero ¿qué tan saludable es realmente el maíz? A lo largo de los años, numerosos estudios han analizado sus beneficios y posibles inconvenientes para la salud. Aquí te contamos lo que dice la ciencia.
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Desde las palomitas de maíz, las tradicionales arepas venezolanas, las tortillas mexicanas, hasta el locro argentino, este versátil ingrediente se adapta a múltiples recetas y trasciende fronteras. Además, el maíz también es un alimento valioso desde el punto de vista nutricional. Diversos estudios han señalado sus múltiples beneficios para la salud, entre ellos un artículo de revisión titulado El maíz: fuente potencial de nutrición y salud humanas, publicado en 2016 en la revista Cogent Food & Agriculture.
Este trabajo de investigación destaca que el maíz es una excelente fuente de carbohidratos, lo que lo convierte en una fuente de energía rápida. Además, es rico en fibra, que ayuda a la digestión y contribuye a la sensación de saciedad. También contiene vitaminas del grupo B, especialmente B1 (tiamina) y B9 (ácido fólico), fundamentales para el funcionamiento del sistema nervioso y la producción de células.
El maíz amarillo, en particular, es una buena fuente de antioxidantes como los carotenoides, especialmente la luteína y la zeaxantina, que se ha demostrado que benefician la salud ocular al reducir el riesgo de desarrollar cataratas y degeneración macular relacionada con la edad.
Por otro lado, las vitaminas A, C y K, junto con el betacaroteno y el selenio, presentes en el maíz, contribuyen a mejorar el funcionamiento de la glándula tiroides y a fortalecer el sistema inmunitario. También contiene potasio, que tiene propiedades diuréticas, lo que ayuda a regular la presión arterial y a prevenir la retención de líquidos.
Uno de los aspectos más interesantes del maíz es que a pesar de ser un carbohidrato, su fibra insoluble lo convierte en un alimento con un índice glucémico bajo. Esto significa que se digiere lentamente, lo que evita los picos de azúcar en sangre, lo que lo hace una opción viable para personas que buscan mantener estables sus niveles de glucosa, según Mayo Clinic.
Gracias a su alto contenido en fibra, el consumo regular de maíz puede mejorar la salud intestinal. La fibra soluble que contiene alimenta las bacterias saludables del intestino, lo que favorece un equilibrio microbiano óptimo. Esto, a su vez, reduce el riesgo de problemas digestivos como el estreñimiento y podría contribuir a la prevención de enfermedades crónicas como el cáncer de colon.
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Un campo en constante investigación
Si bien los beneficios del maíz están ampliamente documentados, su impacto en la salud sigue siendo un tema de investigación constante. Como siempre, es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en la dieta, para determinar la cantidad y la forma en que se debe consumir este grano tan versátil y nutritivo.