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Todas las personas toman diariamente decisiones que afectan su presente y su futuro, señala el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Además, precisa que se trata de un proceso sistemático de elección entre un conjunto de alternativas con base en criterios específicos y en la información disponible.
Más allá de lo estrictamente formal en referencia al concepto de tomar decisiones, las personas están influenciadas por sus propios valores, personalidad y contextos. Además, su poder de adaptabilidad, la cooperación, la negociación y el pensamiento crítico tiene su peso no solo a la hora de tomar una decisión, sino a la hora de ejecutar acciones.
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En qué consiste la del “empujoncito”
Es en este marco que se puede colocar en la misma balanza a la toma de decisiones y la productividad. Un informe difundido por la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” (Bolivia) remarca que existe evidencia de una correlación positiva entre la productividad autodeclarada de las personas y cambios en su respectivo nivel de bienestar subjetivo.
Así es como llegamos al término “empujoncito” que ha sido compartido por Richard H. Thaler y Cass Sunstein en el libro “Un pequeño empujón: el impulso que necesitas para tomar mejores decisiones sobre salud, dinero y felicidad”. Se trata de una teoría, de la cual te contaremos, y que es utilizada las personas productivas.
Según explican los autores, esta teoría indica que muchas de las decisiones que las personas tomamos se hacen sin pensarse adecuadamente, a gran velocidad y sin analizar la conveniencia, sino que se pone por delante la facilidad e inmediatez. La teoría del “empujoncito” afirma que por lo general no actuamos del todo bajo criterios racionales y es por eso que esta noción invita a tomarnos un tiempo, analizar las variables y decidir mejor ya que así mejoraremos nuestra productividad y nos acercaremos más a nuestros objetivos.
La clave de esta teoría está en aprender a evitar esas decisiones apresuradas y optar por aquellas que puedan acercarnos más a las metas que nos hemos impuesto. Por lo tanto, si buscas más productividad en tu trabajo, debes comenzar a cambiar este hábito al tomar decisiones, es decir que debes ser más consciente de ellas y priorizar siempre lo que en verdad te puede beneficiar.