La activación conductual es una terapia psicológica enfocada en ayudar a las personas a superar la depresión y otros trastornos del estado de ánimo mediante el cambio de sus patrones de comportamiento. En lugar de centrarse en la modificación directa de los pensamientos, como ocurre en la terapia cognitiva, la activación conductual pone el énfasis en las acciones del individuo y cómo estas influyen en su estado emocional.
Este enfoque surge de la idea de que la falta de actividad o el aislamiento refuerzan la depresión, mientras que la participación en actividades gratificantes puede mejorar el estado de ánimo.
¿Cómo funciona la activación conductual?
Según la Webpsicologos, el objetivo principal de la activación conductual es que la persona recupere el contacto con actividades que le proporcionen placer o sentido de logro, interrumpiendo así el ciclo de inactividad que perpetúa la depresión. Este enfoque se basa en la premisa de que la depresión suele llevar a las personas a reducir sus actividades, lo que a su vez disminuye las oportunidades para experimentar emociones positivas.
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El proceso comienza identificando patrones de conducta que contribuyen a la tristeza o el desánimo, como evitar ciertas situaciones, retirarse de las interacciones sociales o renunciar a actividades que anteriormente se disfrutaban. Luego, el terapeuta y el paciente trabajan juntos para planificar y llevar a cabo actividades que contrarresten esos patrones.
El listado de actividades no incluye tareas complicadas, sino acciones simples y adaptadas a la rutina cotidiana, como escuchar música, llamar a un amigo, cocinar o dar un paseo. A medida que la persona avance, se irán incorporando actividades que requieran mayor energía, como retomar clases de baile o asistir a reuniones con amigos.
Dado que las personas con depresión suelen sentirse agotadas física y emocionalmente, es importante que las actividades se ordenen en función de su dificultad. El plan de actividades debe comenzar con aquellas que resulten más fáciles de realizar y luego, de manera gradual, incorporar tareas más desafiantes a medida que se logren avances. Este enfoque es clave para evitar que la persona se sienta abrumada y para asegurar un progreso sostenible.
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La clave de la activación conductual es reconectar a la persona con sus motivaciones y áreas vitales de interés, reactivando así su vida diaria y devolviendo el sentido que puede haberse perdido debido a la depresión. A través de pequeños pasos, esta terapia pretende generar un cambio positivo que impulse a la persona hacia una recuperación emocional sostenible.