En medio de una época marcada por el exceso, la prisa y el consumismo, cada vez son más los mexicanos que optan por un que busca lo contrario: tener menos y reencontrarse con lo esencial, transformando los hogares, espacios públicos, los diseños de las marcas y hasta la manera de entender la identidad cultural en el país.

El surgió en la década de los sesenta en Estados Unidos y Japón, como una corriente artística que apostaba por la simplicidad, las líneas limpias y el equilibrio visual, difundiendo el mensaje de que "menos es más". No obstante, con el tiempo, esa idea llegó a la vida cotidiana, eliminando lo innecesario y conservando sólo lo "esencial".

En México, esta visión encontró un terreno fértil en México, pues en distintas ciudades del país, el minimalismo se refleja en departamentos pequeños, cafeterías y negocios con diseños y tapizados sencillos, tiendas con productos naturales, peinados limpios, looks aesthetic y con un paleta de colores neutros, entre otros cambios.

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El minimalismo mental es una filosofía de vida. Fuente: Freepik.
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El movimiento de "menos es más"

Este movimiento no solo ha influido en el diseño de interiores, sino que también ha marcado tendencias en la moda, la arquitectura y hasta en el estilo de consumo, haciendo que más personas prefieran comprar menos, elegir mejor y apostar por la durabilidad.

Incluso en las plataformas digitales, creadores de contenido y marcas mexicanas han promovido la idea de “vivir con propósito”, apelando a un público joven que valora la sustentabilidad y el bienestar emocional.

Y a pesar de que algunos diseñadores han tratado de equilibrar la simpleza moderna con la esencia artesanal y tradicional de México, incorporando piezas hechas por comunidades locales en espacios contemporáneos, la verdadera identidad y tradiciones mexicanas parecen opacarse.

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El minimalismo y el maximalismo impacta el estilo de vida de las personas e interfiere en la cultura y tradición mexicana. Foto: Canva
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¿El reto? No borrar la identidad

No obstante, el minimalismo no está exento de críticas. Algunas personas advierten que puede chocar con la estética popular establecida y difundida a lo largo de los años por las tradiciones mexicanas, caracterizada por su riqueza visual, color y ornamentación.

El desafío, afirman diversos internautas, está en no confundir simplicidad con vacío, manteniendo viva la narrativa cultural que da sentido a los espacios. "El minimalismo dificulta la creación de zonas y espacios diferenciados, y no son espacios muy emotivos", aseguró la diseñadora de interiores Lucinda Sanford para la revista ELLE.

Por eso, en contraparte surgió el movimiento del "maximalismo" o como muchos la llaman "meximalismo", una tendencia que surgió a finales del siglo XX como una forma de romper con lo simple y neutro del minimalismo, clasificando a México como un país de colores, contrastes y profunda abundancia simbólica.

"Más que una moda decorativa, esta tendencia es un espejo de nuestro ADN cultural, que siempre ha celebrado la abundancia y la riqueza visual", expresó la especialista en diseño Mariel Martínez para la revista InStyle.

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mndsm/aosr

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