Los minerales, las vitaminas, las fibras y proteínas son necesarios para que la salud se mantenga fuerte. Se trata de elementos que encontramos en los alimentos y que luego el organismo se encarga de asimilar para convertirlos en el combustible de funcionamiento de los distintos sistemas que intervienen en su funcionamiento.
Al respecto, hoy queremos contarte sobre dos vitaminas que son necesarias para prevenir la fatiga, la irritabilidad y la depresión, sobre todo teniendo en cuenta la preocupación expresada por la Organización Mundial de la Salud sobre que más de 2 mil millones de personas tienen deficiencia de vitaminas y minerales que resultan claves en la salud.
Leer más: El alimento marino que contiene Omega 3 y cuida la salud de tu sistema nervioso
Vitaminas necesarias
Los seres humanos, explica la licenciada en Nutrición, Valentina Martínez, poseemos como componentes necesarios seis vitaminas: A, D, K, C, E y las del complejo B. De todos modos, los especialistas señalan que la cantidad de vitamina que cada persona necesita es distinta y principalmente depende del sexo, la edad, su estado de salud y si realizan algún tipo de actividad física.
En esta oportunidad, el foco lo ponemos sobre la fatiga, la irritabilidad y la depresión que pueden ser prevenidas con dos vitaminas en particular: la C y las del complejo B. Estas vitaminas son destacadas porque tienen la función de fortalecer nuestro sistema inmunológico y prevenir ciertos trastornos gracias a que convierten los alimentos en energía. La regulación del metabolismo, el mantenimiento de los tejidos, el refuerzo de nuestro sistema nervioso y la multiplicación de antioxidantes se encuentran entre los beneficios de estas.
Leer más: La verdura que aporta hierro y vitamina C para prevenir anemia
Si lo que buscas es cuidar tu salud, y sobre todo evitar la falta de energía y apetito, los cambios de ánimo y el cansancio, deberás incorporar estas vitaminas a tu dieta. Lo bueno es que puede hacerse a través de la alimentación y al respecto la Escuela de Medicina, de la Universidad de Harvard, señala que podemos encontrarlas en alimentos como cítricos, banana, productos de soja, vegetales de color verde, lácteos, carnes rojas y blancas, huevos, mariscos, cereales integrales, porotos y garbanzos, entre otros.