La iglesia católica celebra hoy a San Antonio de Padua, uno de los santos más reconocidos por su amor y ayuda a quien más lo necesitaba, su historia transcurrió mayormente en el siglo XVII, donde logró ganar el cariño y carisma de la gente por distintos actos de bondad que tuvo.
Es recordado por milagros y su capacidad oratoria, actualmente, también se le conoce como el santo de los matrimonio o enamorados, miles de personas le rezan para conseguir pareja.
¿Quién fue San Antonio de Padua?
Hijo de una familia económicamente estable, nació en Lisboa en el año 1195, con el nombre de Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, trazó su camino para seguir el camino de la fe, desde a juventud siguió su vocación religiosa, y cerca de 1210, al volverse franciscano, adoptó el nombre de Antonio, con el cual sigue siendo reconocido.
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El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) detalló que es recordado por su cercanía al pueblo dentro del catolicismo, su profundo conocimiento de la escritura, además destacó en su labor como teólogo y predicador. Su capacidad al predicar, su dominio de las Sagradas Escrituras y su enorme capacidad de dar mensajes lo acercó más y más al pueblo.
Una de sus imágenes más características es aquella donde se le relaciona con la aparición del niño Jesús ante él, se comentó que su amigo que lo hospedaba lo miró por el agujero de la cerradura y fue testigo de cómo apareció el niño frente a San Antonio.

¿Por qué se celebra cada 13 de junio?
Recorrió varios países de Europa con el objetivo de difundir su fe en Cristo, escribió, predicó un gran número de sermones, tratados de mística y ascética, combatió herejías, ayudó a los más pobres y fue un firme defensor de la justicia social.
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Escribió numerosos escritos teológicos, que en 1946 le permitieron ser nombrado doctor de la iglesia, por parte del papa Pío XII.
Aunque su tiempo de vida fue breve, murió a los 36 años, es recordado por su legado imborrable, se destinó el 13 de junio por ser el día de su fallecimiento, murió en 1231 en Padua, Italia y siguiendo con la tradición cátolica, el día del fallecimiento de un santo es considerado su “dies natalis”, es decir, el día que nacen para la vida eterna. Por eso, cada año, en esa fecha, se conmemora su legado y se realizan misas, procesiones y diversas actividades religiosas en su honor alrededor del mundo.

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