Durante una presentación con agricultores de limón, melón, jitomate, aguacate, sandía y naranja, la destacó que el objetivo central del proyecto es fortalecer la economía rural y asegurar que las nuevas generaciones encuentren en la tierra un espacio de desarrollo, innovación y permanencia.

Foto: El Universal
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Un modelo que transforma comunidades y devuelve valor al campo

Desde hace más de una década, Fundación Walmart de México ha desarrollado el programa Pequeño Productor, una iniciativa creada para capacitar y conectar a agricultores de bajos ingresos con mercados formales.

El modelo incluye asesoría técnica, fortalecimiento empresarial, cumplimiento normativo, prácticas de agricultura regenerativa y el acompañamiento directo para ingresar como proveedores a Bodega Aurrera, Walmart y Walmart Express.

Los resultados han sido contundentes. Productores que antes vendían a intermediarios ahora cuentan con certificaciones, empacadoras modernas y la posibilidad de exportar.

Historias como la de Anayensi Muñoz, la participación en la iniciativa permitió que sus cuatro hijos estudiaran gracias al trabajo agrícola, además de impulsar prácticas sustentables y justas dentro de su comunidad.

Los participantes señalaron que esta transformación ha permitido reducir la migración, mejorar ingresos familiares y generar empleos locales. También destacaron que, por primera vez, reciben pagos dignos por su producción. Al eliminar la dependencia de coyotes, el valor del trabajo agrícola regresa a quienes realmente lo realizan.

Foto: El Universal
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Atraer a los jóvenes al campo: una prioridad para productores y para Walmart

Uno de los ejes más importantes expuestos durante la presentación fue la urgencia de relevo generacional. Productores de diferentes regiones coincidieron en que el campo no puede sostenerse si los jóvenes no encuentran motivos para quedarse. Por ello, recalcaron que su misión es demostrar que hoy el campo sí ofrece futuro, estabilidad y oportunidades reales de crecimiento.

Walmart respaldó esa visión. La Fundación trabaja con universidades, centros de capacitación y organizaciones técnicas para acercar a los jóvenes a procesos innovadores como el uso de drones, la tecnificación del agua, la agricultura regenerativa y la administración comercial de cultivos.

El objetivo es claro: que las nuevas generaciones se sientan parte del sector, no como una opción de último recurso, sino como un espacio profesional competitivo.

Los testimonios también reflejaron cómo el programa permitió a familias enfrentar desafíos como la sequía y el cambio climático. Emiliano Rodriguez, productor de cítricos relato la pérdida de miles de árboles, pero también cómo la tecnificación del riego y el acompañamiento del programa les permitió recuperarse. Esto, dicen, es parte del mensaje que buscan transmitir a los jóvenes: el campo también es innovación, ciencia y futuro.

Con un enfoque que combina productividad, sostenibilidad y desarrollo social, el programa Pequeño Productor se ha convertido en un ejemplo de cómo una alianza empresarial puede transformar regiones completas. La meta, coincidieron todos, es que el campo mexicano siga vivo, fuerte y con jóvenes que quieran heredarlo.

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aov/

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