Omegle, una de las plataformas más reconocidas de videochat con desconocidos cerró sus servicios después de 14 años. El sitio, que fue fundado en 2009, dejó de funcionar debido a que los usuarios no lo utilizan de forma correcta, lo que le ha provocado a su creador Leif K-Brooks, una oleada de demandas.
En un comunicado publicado en el portal de la página web, Brooks manifestó que sostener la plataforma "no es sostenible, ni financiera ni psicológicamente".
La página fue fundada cuando Brooks tenía 18 años, "fue hecha para aprovechar las cosas que amaba de Internet, al tiempo que introducía una forma de espontaneidad social que sentía que no existía en ningún otro lugar", afirmó el creador.
La premisa de Omegle consistía en entrar a un chat aleatorio con otra persona, estas conversaciones podían ser terminadas por cualquiera de los usuarios. Luego cada cibernauta podía iniciar nuevamente otra conversación.
Sin embargo, el motivo de su cierre obedece al mal uso que las personas le han dado a la plataforma. "Con el paso de los años la gente lo ha utilizado para conocer nuevas culturas, para buscar un consejo, para aliviar el sentimiento de soledad, incluso para conocer el amor (...) pero desafortunadamente en la virtualidad las herramientas pueden ser usadas para el bien o para el mal", explicó Brooks en su comunicado.
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¿Por qué fue polémico Omegle?
La edad mínima para ingresar a la plataforma era de 13 años y muchas veces, los menores eran emparejados de modo aleatorio con personas mayores, muchas de ellas criminales.
De hecho, según reportó la BBC, la aplicación ha sido demandada múltiples veces por presuntos casos de pedofilia.
Brooks asegura que ha puesto su plataforma a disposición de las autoridades para rastrear delincuentes y que muchas de esas investigaciones han resultado en capturas. "Sin embargo, los recientes ataques no parecen nada constructivos. La única forma de complacer a estas personas es dejar de ofrecer el servicio", aseguró Brooks.
Además de los gastos operativos de la página, ahora debe enfrentarse a los gastos por las demandas. "Por mucho que desearía que las circunstancias fueran diferentes, el estrés y los gastos de esta lucha (junto con el estrés y los gastos existentes de operar Omegle y luchar contra su mal uso) son simplemente demasiado. Operar Omegle ya no es sostenible, ni financiera ni psicológicamente. Francamente, no quiero tener un ataque al corazón cuando tenga 30 años", añadió.
Por último, Brooks agradeció a las personas que utilizaron la plataforma de manera correcta durante estos 14 años. "Desde el fondo de mi corazón, gracias a todos los que utilizaron Omegle con fines positivos y a todos los que contribuyeron al éxito del sitio de alguna manera. Lamento mucho no poder seguir luchando por ustedes", concluyó el fundador.
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