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Si buscas una experiencia diferente esta temporada, la obra María, la bruja Tlahuipochi, es una buena opción para conocer más de nuestras leyendas y tradiciones al sur de la ciudad. Todo inicia de noche con un trayecto en trajinera con luz tenue, en medio de los fríos canales de Xochimilco.
Rumbo a la chinampa la temperatura de los visitantes sube con las narraciones de leyendas como la llorona, el Ahuizotl y las brujas en forma de bolas de fuego, entes que referían los antepasados del lugar, aunque dicen que algunos siguen por ahí.
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Al bajar de la trajinera se recibe a los asistentes con café de olla, pan de muerto y tamales de quelite antes de tomar sus lugares.

Una danza prehispánica antecede a la obra, donde la habilidad ante peligro se hace presente en cada movimiento con música en vivo de tambores, caracoles, flautas y otros objetos de materiales naturales, espectáculo de grupo Mez-Me.
Moe Yaotl, es el nombre artístico de Julio, en entrevista con EL UNIVERSAL dice que manejar el fuego le despierta muchas sensaciones, “desde que lo prendo, el ver cómo ondula y lo que conlleva, puede significar muerte, destrucción y también vida, es muy especial”.
“Cuando lo prendo… siento que el fuego me transforma”, de hecho, siente que el fuego de alguna manera lo eligió a él.

Antes de la danza Julio hace estiramientos, se concentra en lo que sabe hacer, lo disfruta y lo proyecta al público. Vive en una chinampa, él cultiva lo que come. Siente nostalgia por esas enseñanzas que se están perdiendo, como el contacto con la naturaleza, “prender el fuego, cocinar, cultivar las propias verduras y hortalizas… ahora ya todo lo piden práctico”.
Esta convencido de que “es importante mantener un contacto con la tierra porque es la que nos sostiene, la que nos da de comer y lo que hemos estado haciendo es una gran costra de cemento sobre la tierra” y la tierra siempre reclama su espacio.
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Habilitar una chinampa para escenario, todo un reto
También verás que el escenario de esta historia cuenta con su propio canal de agua natural. De hecho, el reto para el productor, director y actor Marco Dzul, no fue trabajar con un elenco de distintas edades, sino el habilitar una chinampa deshabitada y adaptar la iluminación, el sonido y la escenografía para el espectáculo.
Por eso Marco invita a que la gente se “atreva a venir a este escenario, difícil e interesante, que se embarquen en una trajinera y hagan este hermoso recorrido y que vean cómo se transforma un sitio natural, en un sitio de representación artística”.
María, La Bruja Tlahuipochi, en su décima edición, se inspira en las chinampas xochimilcas de los años cuarenta, donde una inocente joven casadera, descubre su origen y legado familiar de la forma más aterradora e inesperada.

La autora, productora, escenógrafa y creadora de vestuario, Mila DRomán, se basó en un relato transmitido por su bisabuela: la leyenda de la Tlahuipochi, la mujer que extrae sangre de los niños, que se quita las piernas en el fogón para luego convertirse en bola de fuego. La historia es un conjunto de relatos comunes en varios estados de la República Mexicana.
Tanto la música prehispánica en vivo como la letra de las canciones fueron creadas para esta obra y transmiten a los asistentes la alegría del bullicio de un colorido mercado, la ternura del amor, el miedo, la maldad y el profundo dolor, todo a cargo del reconocido grupo Mez-Me y en esta edición con la especial participación del maestro Luis Pérez Ixoneztli y Paloma Coronado.
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A la mitad de la obra, sentirás que la energía de estos sonidos juega un papel especial en el ritual de las brujas que, entre risas escalofriantes, sumerge al público en su mundo sombrío sediento de sangre, poder y juventud.

El atractivo de la obra se debe al talento y profesionalismo de su elenco. Las coreografías son creación de Elba Colín y de la bailarina Lucero Martínez. El elenco se integra por Clementina Guadarrama como doña Guadalupe; Indra Martínez es la casadera María Guadalupe; Alicia Lara en el papel de la bruja mayor; Kevin Llanes es el enamorado Santiago; Rodrigo Carbajal como Juan, hermano de Santiago; Marco Dzul es el tío don Miguel y Laura Jaimes da vida a la bruja Francisca.
Rufina, la mamá del niño Miguelito, es la actriz Karla Monroy; la talentosa Daniela Jaimes-Padilla representa a Cantarina; Gabriela Zantiago en el papel de la bruja Felipa; Lucero Martínez como la bruja Esther; Moe Yaotl o Julio interpreta a Chema, Emily Ramos es Juana, Nicte Palacios encarna a Toña, Karen Jaramillo como la bruja Meche y Ana Acevedo como la bruja Petra.


Tradición oral viva que transporta a una atmósfera mágica
La actriz Clementina Guadarrama, quien ha participado en las películas Canela, Roma y Bardo, y en las series Toda la Sangre, Malinche y Las Muertas, entre otras, es doña Guadalupe, la mujer de edad mayor que por las noches cuenta a los jóvenes de la chinampa historias de temidos seres.
En entrevista con EL UNIVERSAL dice que participar en esta puesta en escena le recuerda las narraciones de su abuela, quien “tenía tanta labia” que a pesar del susto ella no era capaz de levantarse, por lo que esperaba con ansiedad que terminaran aquellos relatos.
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Recuerda que estas experiencias fueron importantes para ella en su carrera de actuación y cuando la invitaron a participar en María, la bruja Tlahuipochi, porque se dio cuenta de que a pesar de los años, la gente sigue recordando esas historias a través de la tradición oral.

Para la también bailarina y dramaturga estos relatos ya forman parte del acervo cultural, no solo de Xochimilco, sino de gran parte de la República Mexicana, por eso la llena de orgullo representar a uno de estos personajes llenos de colorido y encontrar en el elenco un buen ambiente de trabajo.
Para la actriz Laura Jaimes, quien encarna a la bruja Francisca, ha sido muy grato encontrar en el elenco a una gran familia. El trabajar en un escenario natural ha significado salir de su estado de confort, “como actores necesitamos seguir explorando”.
Significa “la magia de venir a los canales de Xochimilco, estar en una chinampa y vivir la experiencia que no es cualquier cosa… es regresar a una época en que la gente vivía de esta manera”, dice en entrevista.


En las trajineras llevaban la mercancía, se iban a otros pueblos, es recordar lo que a lo mejor vivieron nuestros abuelitos, “para mí es llenador vivir esta experiencia, me carga de energía todo el tiempo”.
Uno de los personajes que sin duda llama la atención es la bruja mayor a cargo de la actriz y maestra Alicia Lara. Para ella el personaje es muy atractivo por representar el temor a la naturaleza y a lo femenino que ha dado pie a que “se le relacione con lo oscuro, esa es la historia de las brujas, a muchas mujeres se les acusó de hacer brujería, cuando en realidad eran mujeres sabias”.
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En plática con este diario dice que “el dar a luz, el dar vida, se concibe como dentro del misterio de la naturaleza, es algo que no se puede dominar, tiene que ver con el instinto. Eso me conectó mucho con el significado de Tlahuipochi, que significa saumerio luminoso y las mujeres eso es lo que hacemos alumbrar, dar a luz”.

“Me contacté con la voz de mis ancestras, que han sido un poco voces calladas hasta la fecha, sobre todo, en los entornos masculinos… lo que se dice aquí rescata nuestra esencia, nuestra naturaleza, nuestro folklor, esta mixtura de tantas cosas, por eso la obra se me hace deliciosa”.
Afirma que a estos temas “hay que entrarle sin miedo, con un pie en la tierra y el otro volando, porque también tiene que ver con la libertad artística, de no tener miedo… la bruja es una invitación para ver mi sombra, pero también mi luz creativa”. “Todas las mujeres somos brujas de alguna manera en nuestras casas, al cocinar y por la sabiduría que tenemos”.
Con la bruja Tlahuipochi Alicia conecta con su historia, “huelo a mis abuelas, huelo el pueblo de mi mamá, significa rescatar las tradiciones… con la música se rescatan sonidos que nos pertenecen, eso para mí no tiene igual, la obra tiene una atmósfera mágica”.

Para Karen Jaramillo, quien participa por primera vez en esta puesta en escena, el papel de bruja ha sido muy interesante y todo lo contrario a lo que había interpretado. “El papel de Meche fue pasar de la envidia a lo cínico, es una bruja joven que no tiene límites, aún frente a una bruja mayor ella se lanza”.
“Para mí fue un proceso constante y la música me ayudó mucho en la escena del ritual… es la primera vez que me toca un personaje complejo… no hay restricción, el papel permite probar esa sensación de maldad”, comenta entre risas.
Además del talentoso y entusiasta elenco que se presenta, las tradiciones con sus colores, olores, sabores y sonidos es lo que cada año atrae al público a vivir esta experiencia.

- La cita es a las 19:45 en el Canal Cuemanco 3, Pista Olímpica Virgilio Uribe, Xochimilco, CDMX. Importante llevar ropa para frío y lluvia, así como repelente para moscos. Tour familiar sin alcohol de 3 a 4 horas de duración.
- Funciones en octubre 24, 25, 26, 30 y 31, y en noviembre 1, 2, 7, 8, 9, 14, 15 y 16.
- Boleto general: $1,199 pesos por persona
- Venta de boletos por Boletópolis o por WhatsApp al 55 47 22 18 13.
- @LaBrujaTlahui en FB, Instagram, TikTok y Youtube.
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