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En el universo de los consejos para mejorar el sueño, uno de los más repetidos es evitar la exposición a la luz azul dos horas antes de ir a la cama. Pero, según Aric Prather, catedrático de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Universidad de California en San Francisco, este consejo, aunque útil, no es suficiente para garantizar un descanso reparador. En su nuevo libro, La receta para dormir: 7 días para entregarte a un buen descanso (Diana, 2024), el especialista propone un enfoque renovado sobre los hábitos nocturnos y desmonta algunos mitos sobre el sueño.
¿Apagar la luz azul es suficiente? No del todo
“La luz azul puede inhibir la producción de melatonina, la hormona clave para regular el sueño y tiene una gran influencia en los procesos circadianos", reconoce Aric Prather. Sin embargo, enfatiza que reducir la exposición a dispositivos electrónicos antes de dormir no debe verse como una solución mágica.
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Entonces, ¿qué es lo que realmente afecta a nuestro sueño? Según Prather, el verdadero problema está en los contenidos con los que interactuamos antes de acostarnos. El especialista subraya que las aplicaciones, redes sociales y plataformas digitales están diseñadas para capturar nuestra atención mediante un ciclo de estímulo-recompensa que activa el sistema de recompensas del cerebro. “Soy médico especializado en sueño, y sé perfectamente lo que pasa cuando estoy acostado en mi cama revisando Twitter. Entro en un bucle de recompensas que me mantiene despierto. No es la luz azul lo que debes apagar, sino los contenidos en los que te implicas demasiado”, explica.
Desacelera tu mente antes de dormir
El doctor Prather sugiere que, en lugar de enfocarnos únicamente en el ambiente físico, como bajar las luces o usar filtros contra la luz azul, también debemos prestar atención al ambiente mental. Esto implica evitar contenidos que exciten o activen nuestras emociones, como debates en redes sociales, noticias alarmantes o incluso series con tramas intensas: “Es fundamental desacelerar el sistema nervioso antes de acostarse. Leer un libro relajante, meditar o escribir en un diario puede ser más efectivo que simplemente apagar las pantallas”.
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El mensaje de Aric Prather es claro: un sueño reparador no se reduce a apagar dispositivos o bajar la intensidad de la luz. Va más allá, hacia la necesidad de desconectar emocionalmente y reducir la sobreestimulación mental. Porque, en última instancia, dormir bien no es solo cuestión de apagar luces, sino también de apagar preocupaciones y tensiones.