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El final de 2024 viene acompañado de un fenómeno astronómico que invita a mirar hacia el cielo nocturno: la lluvia de estrellas Úrsidas.
Aunque menos conocida que otras lluvias, este evento brinda un momento de conexión con el cosmos, ideal para quienes buscan una experiencia tranquila y mágica.
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¿Cómo y cuándo observar la lluvia de estrellas Úrsidas?
La lluvia de estrellas Úrsidas se desarrollará del 17 al 26 de diciembre, alcanzando su punto máximo la noche del 22 de diciembre, según el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE). Durante este periodo, se espera una tasa máxima observable de 10 meteoros por hora, un ritmo modesto que destaca por su serenidad.
Este fenómeno tiene su origen en el cometa periódico 8P/Tuttle, cuyo paso deja partículas que, al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, generan los destellos luminosos característicos. Su radiante, o punto de origen aparente en el cielo, se encuentra en la constelación de la Osa Menor, cerca de la estrella Polaris, lo que facilita su localización en el hemisferio norte.
La clave para disfrutar al máximo de este evento es planificar la observación en un lugar con mínima contaminación lumínica. El sitio de Star Walk sugiere las siguientes recomendaciones:
- Ubicación: Busca un sitio oscuro, alejado de las luces de la ciudad, que permita una visión clara del cielo.
- Preparación: Deja que tus ojos se adapten a la oscuridad, un proceso que puede tomar entre 15 y 20 minutos.
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- Comodidad: Lleva ropa abrigada, una manta y algo en qué recostarte, ya que la observación puede durar varias horas.
- Dirección: Aunque los meteoros parecen originarse en el radiante, pueden aparecer en cualquier parte del cielo.
El mejor momento para observar las Úrsidas será durante la madrugada del 22 de diciembre, cuando el cielo estará más oscuro y la actividad de meteoros alcanzará su punto máximo. Sin embargo, la presencia de la Luna en su fase creciente puede dificultar ligeramente la visibilidad, por lo que se recomienda ubicar un punto de observación lejos de su brillo.
A diferencia de fenómenos más populares, como las Gemínidas o las Perseidas, las Úrsidas ofrecen un espectáculo menos concurrido pero igualmente fascinante. Su ritmo pausado y su ubicación en una constelación fácilmente reconocible las convierten en una opción ideal para los observadores que buscan tranquilidad y conexión con el cosmos.
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