La mayoría de las personas que confían en las ciencias médicas para el cuidado de su salud. Estas han depositado en la ciencia el bienestar de su cuerpo y es por eso que no dudan en acudir a la consulta médica, seguir tratamientos y consumir cualquier tipo de medicamentos que les son recetados.
Esto no es nada malo, pues la ciencia viene trabajando desde hace muchos años en la búsqueda de soluciones a dolencias y afecciones, tanto en prevención como en curación. Sin embargo, existen algunas situaciones que escapan a los especialistas de la salud y que se dan dentro de la intimidad del hogar de cada persona con el uso y abuso de los medicamentos.
Lee también: El remedio casero para tratar la irritación de garganta
Uso indebido de analgésicos
Entre los medicamentos más comunes aparecen los analgésicos que son fármacos que alivian o suprimen el dolor de cualquier etiología sin modificar otras sensaciones, según explica la Clínica Universidad de Navarra (España). La mayoría son de venta libre, remarca la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos y afirma que los tipos más comunes son el paracetamol, el ácido acetilsalicílico (aspirina) y los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE).
Como se mencionó anteriormente, existen algunas situaciones que escapan al control de los médicos como el uso indebido de analgésicos. El Instituto Mayo Clinic afirma que estos casos por lo general se dan por el uso prolongado de medicamentos para tratar dolores de cabeza y a esto se suma un estudio que señala que 1 de cada 10 pacientes que trata algún dolor crónico con opioides termina convirtiéndose en adicto a los analgésicos en algún momento de su vida.
Lee también: La planta medicinal que combate las verrugas causadas por el virus del papiloma humano (VPH)
El estudio fue realizado por la Universidad de Bristol (Reino Unido) y pone el foco en la necesidad de que los médicos conozcan más a fondo “la prevalencia del uso problemático de opioides en los pacientes con dolor”, explica la doctora Kyla Thomas, con el fin de poder modificar las prescripciones y la forma de intervenir efectivamente ante ciertas situaciones de salud. El objetivo es evitar que las personas que usan analgésicos (opioides) lleguen a ser diagnosticados por consumo problemático, es decir que generen una adicción a estos tal como han demostrado las investigaciones realizadas.
akv