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En el universo de las hierbas medicinales, una en particular destaca como aliada poderosa en el delicado proceso de la lactancia. Se trata de una hierba reconocida por sus propiedades estimulantes y beneficiosas para la producción de leche materna.
Descubramos juntos los secretos de esta planta que ha ganado renombre por su capacidad para nutrir y fortalecer el vínculo entre madre e hijo.
El epazote no sólo ha dejado su marca en platillos históricos, sino que también destaca por sus propiedades medicinales que han sido aprovechadas desde tiempos ancestrales.
Las civilizaciones mayas y aztecas, expertas en el arte de la herbolaria, utilizaban este herbáceo endémico para calmar dolencias y tratar diversas afecciones. Desde dolores menstruales hasta problemas estomacales, esta planta se convirtió en un recurso valioso para la salud.
Incluso se le atribuye el poder de estimular la producción de leche materna, demostrando ser una herramienta versátil en el arsenal de la herbolaria ancestral.
Es importante mencionar que antes de incluirlo a la dieta, se aconseja consultar con un especialista la ingesta de epazote al momento de lactar. Particularmente, para asegurar la salud de la madre y el hijo.
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Sus usos en la gastronomía mexicana
Según el sitio oficial del Gobierno de México, el país lidera la producción anual de epazote, con aproximadamente dos mil toneladas cosechadas principalmente en los estados de Puebla, Tlaxcala y el Estado de México. Este herbáceo se ha integrado en varios platillos emblemáticos de la gastronomía, confiriéndoles su característico sabor y aroma.
En la tradicional olla de frijoles, el epazote es un aliado inseparable añadiendo su distintivo toque a esta preparación cocida a fuego lento. También se encuentra en caldos como el de gallina, una sopa reconfortante que incorpora esta hierba en combinación con pollo, verduras y otros ingredientes regionales.
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El caldo tlalpeño, originario de Tlalpan, Ciudad de México, se suma a la lista, ofreciendo una mezcla única de sabores con la presencia del epazote. Así, el epazote se revela no sólo como un tesoro para el paladar, sino como un vínculo entre el pasado y el presente, conectando generaciones a través de la fascinante historia de la herbolaria y la cocina mexicana.
No obstante, es crucial señalar que, según advierte el Gobierno de México, el epazote contiene un aceite llamado ascaridol que en grandes cantidades puede resultar tóxico. Por lo tanto, se aconseja moderar su uso y seguir prácticas seguras sobre todo, en la lactancia.
