La tradición de en Navidad, un acto que simboliza el amor y la generosidad, ha sido objeto de un revelador estudio por parte de la Harvard Business School. Según la investigación, la verdadera fuente de felicidad durante estas festividades no proviene de recibir regalos, sino de darlos. Este hallazgo desafía la creencia popular y subraya el poder del altruismo en la generación de bienestar personal.

La felicidad ajena es en ocasiones mucho más gratificante que la felicidad propia. Fuente: Freepik.
La felicidad ajena es en ocasiones mucho más gratificante que la felicidad propia. Fuente: Freepik.

Los investigadores Michael Norton, Elizabeth Dunn y Lara Aknin llevaron a cabo un experimento que involucró a 632 personas. A cada participante se le entregó un sobre con dinero, con la libertad de gastarlo en sí mismos o en otras personas. Los resultados fueron contundentes: aquellos que decidieron usar el dinero para comprar regalos para otros reportaron niveles de felicidad significativamente más altos que los que lo usaron para su propio beneficio.

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"El acto de dar realmente mejora la felicidad", aseguraron los investigadores, destacando que el porcentaje del dinero destinado a otros era más relevante para la felicidad que la cantidad total recibida. Este descubrimiento se publicó en The Harvard Gazette, donde los autores explicaron que la generosidad tiene un impacto positivo más profundo y duradero en el bienestar emocional.

La felicidad ajena es en ocasiones mucho más gratificante que la felicidad propia. Fuente: Freepik.
La felicidad ajena es en ocasiones mucho más gratificante que la felicidad propia. Fuente: Freepik.

Más felicidad en el dar que en el recibir

La investigación aborda una paradoja que ha intrigado a economistas y psicólogos: el aumento de los ingresos no siempre se traduce en mayor felicidad. Sin embargo, el estudio de la prestigiosa Universidad de Harvard demuestra que la clave del bienestar no radica en el consumo personal, sino en la capacidad de compartir con los demás.

Los participantes que gastaron dinero en regalos para sus seres queridos experimentaron una satisfacción más profunda, evidenciando que el acto de dar puede superar en felicidad a la experiencia de recibir. Según los investigadores, este fenómeno se debe a la alegría de ver la reacción positiva en los demás, lo que genera un sentimiento de conexión y propósito.

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Este año, más allá de los bienes materiales, la clave para una plena podría estar en la simple pero poderosa acción de dar. Al compartir con los demás, no solo brindamos alegría, sino que también nos conectamos con el verdadero espíritu de las fiestas, generando felicidad tanto para quienes reciben como para quienes dan.

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