En la búsqueda constante de un mejor descanso, una nueva tendencia ha captado la atención de quienes buscan mejorar la calidad de su sueño: la luz roja en el dormitorio. Aunque inicialmente puede parecer un elemento discordante en una decoración minimalista de blancos y colores neutros, varias expertas en bienestar avalan sus beneficios para regular nuestros ritmos circadianos y facilitar un sueño reparador.
La primera en hablar de esta técnica fue Jana Fernández, asesora de sueño y autora del libro Aprende a descansar. La escritora recomendó el uso de bombillas de luz roja en el dormitorio, afirmando que nuestros ritmos circadianos lo agradecerían. La clave, no es dormir con una luz roja encendida toda la noche, sino sustituir la luz blanca o amarilla del dormitorio por una roja durante el rato previo a acostarse. Eso sí, evitando el uso de dispositivos móviles que emiten luz no deseada azul.
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Cómo funciona la luz roja
“La información lumínica, en este caso el escaso contenido en luz azul de las últimas horas del día, permite que comience la secreción de melatonina en el cerebro, que es la hormona inductora del sueño”, señala Jana Fernández, asegurando que la luz roja no induce el sueño directamente, pero permite que el cuerpo siga su curso natural.
A esto, se le suma que diversos estudios apoyan la efectividad de la luz roja en la mejora del sueño. Un estudio publicado en la National Library of Medicine, que involucró a jugadoras de baloncesto profesional, demostró que la fototerapia de luz roja media hora antes de dormir mejoró la calidad del sueño y ayudó a evitar trastornos del sueño relacionados con la práctica deportiva.
Para quienes desean probar esta técnica, existen bombillas y lámparas que emiten luz roja disponibles en el mercado. También hay aplicaciones móviles que permiten ajustar la pantalla a un tono rojizo antes de dormir. Lo ideal es cambiar la luz blanca por la roja al atardecer, pero considerando las actividades cotidianas, se recomienda al menos hacerlo media hora antes de acostarse.
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De esta manera, incorporar la luz roja en la rutina nocturna puede ser una estrategia efectiva para mejorar la calidad del sueño. Aunque puede parecer un cambio simple, la luz roja puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar general, ayudándonos a desconectar y preparar el cuerpo para un sueño reparador.
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