Una salud fortalecida requiere de un estilo de vida enfocado en favorecer de innumerables formas al funcionamiento del cuerpo y de la mente, creando una barrera de prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, según el Ministerio de Salud Pública de Paraguay. Es por eso que sus expertos afirman que la incorporación y práctica de hábitos saludables pueden mejorar nuestra calidad de vida.
Al respecto, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos explica que las cosas que hacemos habitualmente pueden convertirse en hábitos, que se vuelven automáticos y que pueden ser positivos o negativos para nuestra salud. Además, añade que algunos comportamientos repetitivos que nos hacen sentirnos bien pueden afectar al cerebro de maneras que crean hábitos que más tarde pueden ser difíciles de cambiar.
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Un hábito perjudicial
En este marco, la ciencia ha relacionado a ciertos hábitos con algunas enfermedades o afecciones. El Alzheimer es una de ellas y es considerada una enfermedad progresiva y degenerativa del cerebro, que provoca el deterioro de la memoria y la conducta, según la Secretaría de Salud de México.
El hábito que se ha relacionado con el Alzheimer es muy común en los adultos y durante los fines de semana, el consumo de alcohol. La Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest (Estados Unidos) afirma que consumir sustancias etílicas podría acelerar la pérdida de células cerebrales, incrementando el número de placas amiloides, relacionadas con esta enfermedad.
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Al respecto, la Clínica La Sagrada Familia (Argentina) puntualiza que cuando el consumo de bebidas alcohólicas se convierte en un hábito, el cerebro sufre daños crónicos, afectando a nuestra salud en general. Sus expertos indican que puede alterarse de manera negativa la capacidad que tiene el cerebro para adaptarse y cambiar, puede llevar a sufrir atrofia cerebral y puede aumentar el riesgo de trastornos neuropsiquiátricos, como la depresión y la ansiedad.
El impacto negativo en la salud del cerebro de este hábito es progresivo y se relaciona directamente con cambios en el estado de ánimo, la pérdida de memoria y el deterioro del razonamiento, siendo el Alzheimer una de las enfermedades posibles de padecer.
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