A menudo son los principios activos más conocidos los que acaparan la atención cuando se habla de cosmética. Sin embargo, existen ingredientes menos populares que merecen ser destacados por sus propiedades excepcionales. Uno de ellos es la astaxantina, un antioxidante natural de la familia de los carotenoides, que está ganando terreno gracias a sus múltiples beneficios para la salud y la belleza.
¿Qué es la astaxantina y qué beneficios tiene?
La astaxantina es un pigmento natural de color rojo intenso que se encuentra principalmente en organismos marinos como microalgas, camarones y salmones. Este compuesto es responsable del característico tono rosado de estos organismos y ha sido aclamado por sus notables propiedades antioxidantes. Su capacidad para neutralizar los radicales libres es hasta 65 veces más potente que la de la vitamina C, según estudios publicados en PubMed.
La acción antioxidante de la astaxantina protege las células del daño oxidativo, retrasando los signos de envejecimiento al fortalecer la capa de colágeno de la piel y mejorar su elasticidad e hidratación. Su ventaja reside en su capacidad para proteger las diferentes capas de la piel desde adentro hacia afuera, atravesando la bicapa lipídica de la membrana celular.
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Además de sus beneficios para la piel, la astaxantina tiene propiedades antiinflamatorias que pueden reducir la inflamación crónica, beneficiando a personas con condiciones como acné, rosácea y dermatitis. También ayuda a proteger los ojos del daño UV y el estrés oxidativo, lo que puede prevenir enfermedades oculares como la degeneración macular y las cataratas.
En cuanto a la salud cardiovascular, la astaxantina ayuda a disminuir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y a incrementar los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno), mejorando así el perfil lipídico y reduciendo el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Además, promueve la salud de los vasos sanguíneos al mejorar la función endotelial y aumentar la flexibilidad y elasticidad de las arterias.
La astaxantina también fortalece el sistema inmunitario, incrementando la resistencia y la recuperación física. Se utiliza en el tratamiento de la alopecia androgénica, ya que inhibe la actividad de la enzima 5-alfa-reductasa, responsable de este tipo de pérdida de cabello.
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En la industria cosmética, la astaxantina se utiliza en cremas y sueros debido a su capacidad para mejorar la firmeza y elasticidad de la piel al estimular la producción de colágeno. Este antioxidante protege contra el daño de los radicales libres y la radiación ultravioleta, dos de los principales causantes del envejecimiento prematuro de la piel.
Más allá de la cosmética, la astaxantina se emplea en la industria alimentaria como aditivo natural para mejorar el color y la estabilidad de alimentos como helados, bebidas y productos lácteos. En la nutrición deportiva, sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias ayudan a los atletas a mejorar su rendimiento y acelerar la recuperación muscular después del ejercicio intenso. En acuicultura y piscicultura, la astaxantina se utiliza para mejorar la pigmentación de peces y crustáceos, proporcionando un tono rosado atractivo que se asocia con una alta calidad y valor nutricional.
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