Entre los problemas que nuestra puede sufrir si no cuidamos nuestra alimentación aparecen aquellos relacionados con las funciones del corazón, el hígado y el cerebro. Esto quiere decir que el impacto de lo que comemos a diario es muy grande para todo nuestro organismo y se convierte en sumamente necesario establecer una dieta adecuada.

Miel contra el hígado graso. Fuente: Freepik
Miel contra el hígado graso. Fuente: Freepik

El hígado graso es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de grasa en este órgano y que, por lo general, está relacionada con el sobrepeso, explica un informe de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. La EHGNA es el resultado de tener más depósitos de grasa en el hígado de lo normal. Otros factores que influyen son prediabetes, diabetes tipo 2, colesterol alto, triglicéridos altos y presión arterial alta.

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Miel contra el hígado graso

La Secretaría de Salud del Gobierno de México señala que se estima que entre un 20 a 30% de la población mundial presenta hígado graso. Además, la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud (SPPS) remarca que la inflamación que se produce en el hígado puede desarrollar fibrosis y, finalmente, provocar daño hepático crónico, por lo que su impacto en la salud es muy grande.

Miel contra el hígado graso. Fuente: Freepik
Miel contra el hígado graso. Fuente: Freepik

Teniendo en cuenta lo señalado, es indispensable entender que mejorando nuestra alimentación podemos prevenir la acumulación de grasas en el hígado, el sobrepeso y muchas enfermedades relacionadas. Y, en este caso puntual, existe un superalimento que puede evitar al hígado graso por lo que a continuación te contamos de qué se trata.

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La miel es el producto que se recomienda sumar a nuestra , no solo para prevenir al hígado graso sino para beneficiar a nuestra salud de forma general. Según la Fundación Española de Nutrición, este alimento aporta azúcares, ácidos orgánicos, vitaminas C, B1, B2, B3 y B5, ácido fólico, minerales como fósforo, calcio, magnesio, silicio, hierro, manganeso, yodo, zinc, oro y plata, aminoácidos esenciales, esteroles, fosfolipidos, falvonoides, polifenoles y enzimas.

Estudios sugieren que consumir miel colabora en la reducción de los niveles de grasa en el hígado. Además, los antioxidantes que aporta combaten a los radicales libres que afectan a este órgano. Finalmente, el componente metilglioxal que contiene se encarga de proteger al hígado al reducir su inflamación y mejorar sus funciones, por lo que puede ser un gran aliado en el cuidado de su salud.

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