Cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson, una patología neurodegenerativa crónica e incurable que se presenta en su mayoría en personas mayores de 60 años.
La enfermedad de Parkinson afecta principalmente el movimiento y los síntomas se manifiestan de forma gradual. Según el paciente pueden reflejarse en temblores, disminución de la movilidad e incluso rigidez.
¿Cuáles pueden ser predisposiciones genéticas?
Si bien nos se tienen identificadas las causas de la enfermedad de Parkinson, varios factores pueden influir como: las mutaciones genéticas específicas, así como exposición a ciertas toxinas o factores ambientales que pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
La edad es otro de los factores a tener en cuenta. Además, los hombres son más propensos a desarrollar la enfermedad de Parkinson que las mujeres.
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¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Parkinson?
Los síntomas comienzan gradualmente y pueden iniciar con un temblor apenas perceptible en una sola mano, o en caso contrario rigidez y disminución del movimiento.
El diagnóstico y tratamiento temprano son claves para hacer más lento el avance de la enfermedad. La información y erradicación de prejuicios ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
- Temblores en la mano o dedos aún en estado de reposo.
- Lentitud en movimientos incluso en las tareas más simples de realizar.
- Rigidez Muscular que limita el movimiento y genera dolor.
- Alteración de la postura o problemas de equilibrio.
- Cambios en el habla que se reflejan en voz baja o tono monótono. Algunas personas pueden vacilar antes de hablar o arrastrar las palabras.
- Cambios en la escritura que resulta cada vez más difícil de escribir o la letra tiende a hacerse pequeña.
- Cambios emocionales y depresión que se presentan en las primeras etapas de la enfermedad. Las personas se vuelven miedosas e inseguras.
- Dificultad para tragar y masticar: los músculos que se utilizan para tragar funcionan con menor eficiencia en las etapas tardías de la enfermedad.
- Problemas urinarios y de estreñimiento que se desencadenan debido al mal funcionamiento del sistema nervioso autónomo
- Problemas con la piel que se reflejan en resequedad o exceso de grasa, según el paciente.
- Demencia u otros problemas cognitivos que afectan el lenguaje, el razonamiento y otras habilidades mentales.
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