El Sol, nuestra estrella y fuente principal de energía, se encuentra en la mitad de su vida, con una “expectativa de vida” estimada en unos 10,000 millones de años en total. Según estudios realizados por astrofísicos, actualmente han transcurrido aproximadamente 4,500 millones de años desde que el Sol comenzó su proceso de fusión nuclear en el centro del sistema solar. Esto implica que le quedarían unos 5,000 millones de años antes de que se agote su combustible nuclear y ocurra una transformación significativa.
El Sol, como todas las estrellas de su tipo, no explotará en una supernova (proceso que ocurre con estrellas mucho más masivas) sino que evolucionará de manera más gradual. En aproximadamente 5,000 millones de años, cuando el hidrógeno en el núcleo se agote, el Sol se expandirá, convirtiéndose en una gigante roja. Durante esta etapa, alcanzará tamaños enormes, extendiéndose más allá de la órbita de la Tierra y potencialmente, absorbiendo los planetas interiores del sistema solar.
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Después de esta fase, el Sol perderá sus capas exteriores y se reducirá a una enana blanca, un pequeño núcleo extremadamente denso que gradualmente se enfriará a lo largo de miles de millones de años. Aunque el Sol seguirá existiendo como enana blanca, ya no emitirá la misma energía que permite la vida en nuestro planeta.
Un estudio publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, liderado por el Dr. Amornrat Aungwerojwit de la Universidad de Naresuan en Tailandia, mostró que la intensa gravedad de las enanas blancas puede desgarrar asteroides, lunas y planetas cercanos a ellas. En su investigación, observaron el cambio en el brillo de las estrellas durante un período de 17 años, revelando complejidades en el destino de estos sistemas que antes no se conocían.
El futuro de la Tierra
El cambio de estado del Sol tendrá consecuencias fatales para los planetas cercanos, probablemente incluyendo a la Tierra, que podría ser consumida durante la expansión a gigante roja. Boris Gaensicke, del Departamento de Física de la Universidad de Warwick, destacó que, aunque los estudios actuales indican que vamos en la dirección correcta para entender el futuro del sistema solar, el destino de sus planetas y asteroides es más complejo de lo que se pensaba.
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Para los científicos, estos estudios ofrecen una valiosa visión sobre el ciclo de vida de las estrellas y su impacto en sus sistemas planetarios. Por eso, aunque la vida del Sol tiene un tiempo limitado, la humanidad todavía tiene millones de años por delante antes de que las condiciones cambien drásticamente.