El miconazol es un fármaco antifúngico que se utiliza en para tratar una variedad de afecciones cutáneas y del oído causadas por hongos, levaduras y bacterias Gram positivas.

Este principio activo actúa inhibiendo la síntesis de ergosterol, un componente esencial de la membrana celular de los hongos, lo que conduce a la muerte de los microorganismos responsables de las infecciones.

Según señala Laura García Ortiz, veterinaria especializada en medicina felina, el se puede encontrar en formatos como crema, champú o gotas, adaptándose a las necesidades específicas de cada caso. ¿Quieres saber cómo se utiliza?

Los usos del miconazol en perros

El miconazol es efectivo en el tratamiento de dermatofitosis (tiña), micosis por levaduras, piodermas superficiales y profundas, impétigo, forunculosis y dermatitis húmeda aguda en perros. En combinación con otros principios activos como la clorhexidina o la prednisolona, se utiliza en champús para tratar diversas afecciones cutáneas, mientras que en forma de gotas óticas se emplea para tratar otitis externas e infecciones del oído.

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La dosis de miconazol para perros varía según el formato del producto y la gravedad de la afección a tratar. Es importante consultar con un veterinario para determinar la dosis adecuada en función del peso y tamaño del perro, así como para obtener instrucciones específicas sobre cómo administrar el medicamento correctamente.

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Además de su eficacia en el tratamiento de infecciones fúngicas y bacterianas en perros, el miconazol también puede ayudar a prevenir la contaminación ambiental por hongos y a mejorar la salud general de la piel y el pelaje del animal. Sin embargo, como con cualquier medicamento, es importante tener en cuenta las posibles contraindicaciones y efectos secundarios, por lo que se recomienda seguir las indicaciones del veterinario y vigilar cualquier reacción adversa durante el tratamiento, de acuerdo con esta experta.

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