Las personas somos seres en constante crecimiento, transformación y evolución. No solo se trata de cambios físicos debido al paso del tiempo, sino que todo lo referido a la psicología del ser humano evidencia modificaciones que son motivadas por diversos factores de nuestro contexto.
Desde el Centro de Psicología de Madrid (España) señalan que el desarrollo personal es un proceso de superación y crecimiento que ayuda a las personas a identificar sus verdaderos intereses y objetivos vitales para adquirir y potenciar los recursos necesarios para alcanzarlos y así dar sentido a sus vidas. Además, precisa que cada persona entiende el desarrollo personal de una manera única.
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El deporte para el crecimiento personal
El ser humano recepciona diferentes estímulos que luego analiza e interioriza como una experiencia personal. Así le va dando sentido a muchas cosas que lo van definiendo y formando. En este marco, el deporte es uno de esos estímulos ya que las distintas disciplinas cada vez se tienen más en cuenta en relación a los estilos de vida saludables y a una mejora del estado de salud, según un artículo de la Universidad Pontificia Comillas (España).
Es en este punto que el psicólogo del deporte Alejo García-Naveira afirma que se pueden usar las estrategias del deporte para crecer como persona. El experto destaca que con el deporte “aprendemos a manejar las presiones y el fracaso, cultivamos la resiliencia y celebramos el éxito”, todo en relación al establecimiento de metas, saber afrontar obstáculos y trabajar en equipo, algo que puede aplicarse en muchos aspectos de nuestra vida.
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García-Naveira une las estrategias de la psicología del deporte con el crecimiento personal, destacando que tienen la capacidad de activar el desarrollo del potencial humano en todos los aspectos de su vida. La clave está en crear “una mentalidad orientada al éxito, mejorando tanto la preparación como la ejecución”, sentencia.
- Visualización: esta técnica invita a crear una representación del objetivo que se intenta alcanzar, algo que te ayudará a involucrarte mejor con el proceso y tendrá un gran impacto en la autoconfianza y el rendimiento.
- Metas específicas: establecer este tipo de objetivos, que sean alcanzables, supone una mayor planificación y enfoca mejor la energía hacia esos fines.
- Autoconfianza: se trata básicamente de confiar en las propias capacidades, sabiendo que nada puede causarles miedo y que, con esfuerzo, pueden alcanzar lo que se propongan.
- Autorregulación emocional: es una de las tareas más difíciles pero a su vez necesaria para no caer ante cualquier dificultad y mantener la motivación. La relajación, la meditación y el trabajo en equipo pueden colaborar en este aspecto.
- Rutinas de activación: se trata de una planificación estructurada en donde se establecen metas y un plan realista para ir alcanzándolas. García-Naveira explica que “fomenta la autoconciencia, la creatividad para resolver problemas y el compromiso con la acción”.