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El empresario francés Bernard Arnault se convirtió el pasado 4 de abril en el hombre más rico del planeta, de acuerdo con el nuevo ranking de Forbes.
El listado destaca que hay menos personas con fortunas mayores a mil millones de dólares —condición para entrar en el selecto grupo—, pues en 2022 se incluyeron 2 mil 668.
En la edición más reciente del ranking, la revista presentó a un nuevo primer lugar, quien destronó a Elon Musk, el estadounidense mandamás de Tesla y Twitter, que hace un año tenía una fortuna estimada en 219 mil millones de dólares, pero en 2023 perdió un lugar, para ubicarse en la segunda posición, con 180 mil millones.
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¿Cuáles son las empresas de Bernard Arnault?
El hombre de negocios francés es la persona que está detrás de varias marcas de lujo. Es presidente de LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy), un conglomerado líder dueño de más de 70 marcas de lujo en todo el mundo.
Tienen distintas categorías de artículos de lujo. En "Vinos y Licores" se encuentran marcas como Chandon, Dom Pérignon, Moët & Chandon, Hennessy, entre otras.
Entre sus marcas de moda se encuentran los nombres de Christian Dior, FENDI, Louis Vuitton, Givenchy y más. También tienen diversas relojerías y perfumerías como Hublot, Bvlgari y Marc Jacobs.
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¿Cómo se hizo el hombre más rico del mundo?
Su adoctrinamiento en el capitalismo de capa y espada llegó en Nueva York a principios de la década del 80, donde llegó huyendo del socialismo francés. Poco se sabe sobre su tiempo allí, pero cuando regresó a Francia en 1984, se apresuró a desplegar las tácticas salvajes que estaban surgiendo en Wall Street.
Lo primero que hizo fue apostar a las compras apalancadas. Vio a una marca como Christian Dior destartalada y enterrado dentro de un conglomerado textil en apuros. Se sacó de encima la malas personas y pulió a Dior, la joya de la corona de 38 años.
Apuntó a Moët Hennessy-Louis Vuitton a fines de los 80 y finalmente se alzó con la marca.
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No siempre tuvo éxito. Gucci, la casa de moda italiana, continúa eludiéndolo. Pero este método de operación se demostró consistente: hacer un uso astuto del balance general para comprar casas de moda mohosas y convertirlas en megamarcas. Y el mejor ejemplo es LVMH que alcanzó un valor de 372 mil millones de dólares.
Con información de La Nación.
aosr
