La salud bucal es fundamental para evitar problemas que pueden complicarse a largo plazo, desde caries y gingivitis hasta infecciones graves. Un ejemplo de las consecuencias de una infección dental sin tratar es el caso de Miguelón, un homínido de hace 400 mil años, que, según investigadores, murió debido a una infección dental que deformó su maxilar. Si bien hoy existen tratamientos avanzados, la prevención sigue siendo la mejor opción para una boca saludable. Por eso, expertos en odontología de la Clínica Zeudente nos ofrecen tres claves esenciales.
¿Por qué es importante el cepillado adecuado?
Aunque muchos piensan que cepillarse los dientes varias veces al día es suficiente, los especialistas recomiendan un enfoque más específico. Lo ideal es cepillarse al menos dos veces al día, por la mañana y por la noche, evitando cepillarse automáticamente después de cada comida. Esperar unos minutos permite que el pH de la saliva se estabilice, evitando así que los ácidos presentes en ciertos alimentos dañen el esmalte dental. También es importante elegir un cepillo de cerdas suaves para no lastimar las encías ni dañar el esmalte.
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¿Cuál es el impacto del alcohol en la salud bucal?
El consumo de alcohol, tanto en bebidas como en productos de higiene bucal, puede afectar gravemente los dientes y las encías. Las expertas destacan que el alcohol reseca la boca, lo cual disminuye la cantidad de saliva y favorece el crecimiento de bacterias, lo que puede llevar a problemas como dientes amarillos, sensibilidad y caries. Además, recomiendan evitar enjuagues bucales con alcohol, ya que pueden irritar las encías y agravar la sequedad bucal, debilitando así la salud de los dientes.
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¿Qué hábitos evitar para proteger los dientes?
Morder objetos duros como bolígrafos, caramelos o abrir cosas con los dientes son prácticas que los odontólogos desaconsejan. Este tipo de acciones puede generar microfracturas en los dientes y, con el tiempo, llevar a una pérdida de la estructura dental. También es importante evitar morderse las uñas, ya que esto no solo introduce bacterias en la boca, sino que puede debilitar los dientes. Los expertos también advierten sobre los riesgos de los piercings en la boca, pues estos accesorios aumentan la posibilidad de traumatismos dentales, infecciones y, a largo plazo, pueden causar problemas más serios como enfermedad periodontal o alteraciones del habla.