Filtros, iluminación, maquillaje... la idea de ver nuestro reflejo (y de saber que nos están observando) cada que tomamos una videollamada se convirtió en el pan de cada día a partir de la pandemia de COVID-19, motivándonos a lucir presentables en cada sesión, pero, ¿al grado de someterse a una cirugía estética?
De acuerdo con investigadores del Centro de Láser y Cosmética de la Universidad de Boston, el uso de las plataformas de videollamada provoca que las personas se expongan a una constante autoinspección de su apariencia y, a la postre, consideren que necesitan una “manita de gato” más allá de un poco de rubor.
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El estudio, publicado en la edición de enero 2025 de la Revista de Dermatología Clínica y Estética, en Estados Unidos, analizó a 545 adultos en aquel país; de ellos, 338 admitieron que se enfocan más en su reflejo que en el de quien está hablando. Asimismo, se les preguntó si empleaban filtros para retocar su aspecto: 341 confesaron que sí.
También se averiguó el estatus económico y nivel educativo de los encuestados, la frecuencia de sus videollamadas y el uso de cubrebocas durante estos enlaces; este último, en cambio, es el escudo al que 304 personas consultadas atribuyen una mejor autoestima.
¿Cómo te ves en una videollamada?
Estos hallazgos, sugieren los autores del estudio, podrían vincular la alta exposición por videollamadas con un posible aumento de desórdenes como el trastorno dismórfico corporal (BDD, por sus siglas en inglés), el cual, de acuerdo con Mayo Clinic, consiste en el pensamiento permanente respecto a uno o más defectos percibidos.
Entre los síntomas destacan creer que los demás están concentrados en tu apariencia de manera negativa o para burlarse de ti, comparar tu físico con el de los demás y estar convencido de que tienes un defecto que, incluso, te hace parecer deforme.
“En el futuro, esto podría derivar en más procedimientos enfocados en el bienestar psicológico. Es posible que el deseo de tratamiento no siempre provenga de una insatisfacción inherente, sino de la exposición prolongada al reflejo digital”, señaló la doctora Neelam Vashi, coautora del estudio.
Y es que la indagación reportó 291 sujetos que, gracias a los filtros de Zoom (plataforma mencionada en el cuestionario), se han planteado seriamente realizarse un arreglo cosmético. Es ahí donde los profesionales de la salud, concluyó la doctora Vashi, requieren establecer expectativas realistas con sus pacientes.
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