La industria del gaming no deja de crecer. En 2024, alcanzó un valor global estimado de 282 mil millones de dólares y se espera que supere los 360 mil millones en 2027, calcula Statista.
No por nada, se ha consolidado como una de las formas de entretenimiento más influyentes y rentables del mundo. En México, su popularidad abarca 68.7 millones de personas de seis años o más, de acuerdo con la firma de consultoría 'The Competitive Intelligence Unit' (The CIU).
El crecimiento del gaming se sostiene en un ecosistema complejo que involucra desde las grandes desarrolladoras hasta las plataformas de streaming, servidores en la nube y dispositivos cada vez más potentes y sofisticados.
Pero un contexto global que está marcado por la crisis climática, la constante innovación del sector gaming ha generado críticas sobre su huella ambiental.

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El impacto del gaming en el planeta
El funcionamiento continuo de consolas, computadoras, plataformas en línea y centros de datos implica un consumo energético significativo. ¿Cómo puede una industria tan dependiente de la energía seguir con su expansión sin aumentar su impacto ambiental?
Cuantificar el consumo de energía en la industria del gaming enfrenta un reto importante: la falta de estandarización. El Centro de Copenhague sobre Eficiencia Energética señaló en un informe de 2020 los retos en la falta de uniformidad tanto en los dispositivos como en los comportamientos de los usuarios.
La PlayStation 5 utiliza más de 200 W durante un juego activo, mientras que la Xbox Series X gasta 153 W, según cifras disponibles en sus respectivos sitios web. En cambio, la Nintendo Switch es la consola de menor consumo energético, con menos de 10 W.

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El Centro de Copenhague estima que los juegos en PC, dependiendo del hardware, pueden ser aún más demandantes, especialmente si cuentan con tarjetas gráficas de gama alta y configuraciones exigentes.
Su consumo energético puede rondar los 1400 kWh al año, como demostró un estudio elaborado por Evan y Nathaniel Mills, publicado en la revista internacional "Eficiencia Energética"; los investigadores estiman que la cifra puede duplicarse entre los gamers más activos.
Anualmente PlayStation 5 consume 135 kWh, Xbox Series X alcanza los 225 kWh, mientras que Nintendo Switch registra 21 kWh, según estimaciones del Acuerdo Voluntario de Sostenibilidad.
A estas cifras se suma el uso prolongado que suele caracterizar a los videojuegos. Las sesiones pueden extenderse durante varias horas, lo cual agudiza el impacto energético. En 2024, el promedio mundial de consumo gamer fue de una hora y tres minutos, afirma Statista.

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La expansión de productos en la nube añade otro reto, con servidores que mantienen su procesamiento y transmisión ininterrumpidamente. "Fortnite", "PlayerUnknown's Battlegrounds", "Call of Duty: Warzone", "League of Legends" y "Valorant" son de los títulos más populares en ese formato.
A pesar de los datos y del creciente impacto, José Ángel Garfias Frías, investigador de videojuegos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte que el sector se concentra en la innovación tecnológica -como la mejora de gráficos-, pero "casi nunca avanza en la eficiencia energética".
¿Es posible un gaming sostenible?
Las principales desarrolladoras de videojuegos ya comenzaron a implementar estrategias de eficiencia energética para reducir su huella ecológica.
La PlayStation 5 incorpora mejoras tecnológicas que le permiten consumir entre 11 y 17% menos de energía que la PS4, y hasta un 80% menos en modo de reposo, según datos de Sony.
Microsoft, por su parte, introdujo ajustes en el software de sus consolas Xbox, como el modo de suspensión "Energy Saver", que reduce el consumo hasta 20 veces en comparación con el modo de reposo tradicional.

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Además, la compañía ha anunciado que para 2025 todos los centros de datos de Azure, que soportan sus servicios de juego en la nube, funcionarán con energía 100% renovable.
La eficiencia en los servidores en la nube, que soportan una parte creciente del ecosistema gamer, también se ha convertido en prioridad.
Entre las medidas aplicadas por PlayStation destacan el uso de fuentes de alimentación eficientes, sistemas compartidos de enfriamiento optimizado, modos de energía de bajo consumo durante la inactividad y una mejor gestión energética del servidor.

Desde el lado empresarial, compañías como Riot Games han implementado acciones directas. "Nuestro Centro de Transmisión Remota, impulsado por AWS en Dublín, funciona con energía 100% renovable.
"Hemos implementado numerosos sistemas automáticos y de monitoreo energético en nuestra sede de Los Ángeles para reducir nuestra huella ambiental.
"Más de tres mil 300 millones de personas juegan videojuegos en el mundo. Si hacemos nuestra parte para limitar el consumo energético e inspiramos a otros a hacer lo mismo, generaremos un impacto significativo en el planeta", apunta Jeffrey Burrell, líder de Impacto Social y Sostenibilidad de Riot Games.
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