Según información del Reporte Final del Marco Regulatorio de la Red Eléctrica Inteligente (REI) para la Comisión Reguladora de Energía, en México, desde que se introdujo la electricidad en 1879, la incorporación de nuevas tecnologías para la optimización de la generación y consumo de energía eléctrica ha sido muy limitada.
Con los cambios que se realizaron al artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el marco de la reforma energética de 2014, es posible la implementación de mejores tecnologías en la red tradicional.
Incluso, el reporte señala que el país está obligado a una renovación del sector eléctrico y su conversión a una smart grid (SG).

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¿Qué es una smart grid?
Según Iberdrola, “las SG son las redes eléctricas que pueden integrar de forma inteligente y dinámica las acciones de todos los usuarios conectados a ellas —los que generan energía, los que la consumen o los que hacen ambas— con el fin de suministrar electricidad de manera eficiente, sostenible, económica y segura".
Además, incorporan a su diseño tradicional la tecnología digital para facilitar el intercambio bidireccional de energía e información. Esto es posible mediante el uso de internet, tecnologías de comunicación e información, así como sistemas de control y aplicaciones de informática.
Uno de los componentes básicos de las SG es que miden de manera inteligente y bidireccional, es decir, que son capaces de recibir información en tiempo real sobre el consumo del cliente y, a su vez, entregan esos datos y las condiciones en las que está operando la red al proveedor de servicio eléctrico.

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Para ello se requiere de medidores inteligentes que utilizan la infraestructura de medición avanzada (AMI) para permitir una configuración de medición remota, tarifas dinámicas, monitoreo de la calidad de la energía y control de cargas.
Estos medidores se sitúan en el mismo lugar que los tradicionales para no modificar la infraestructura de la red eléctrica actual, señala.
Algunas limitantes de la tecnología
Una de las grandes limitaciones que hay para poder consolidar el desarrollo de las SG en México es la infraestructura, pues por la misma geografía del país aún existen muchos puntos en los que ni siquiera existe una red eléctrica.
El subsidio gubernamental para la inversión en energías renovables es otro de los retos, ya que no existen suficientes apoyos para el desarrollo de fuentes renovables, además del bajo poder adquisitivo de la población.

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De acuerdo con el documento publicado por el Gobierno Federal, tampoco existen normas que regulen la instalación de fuentes de energía fotovoltaica. En años recientes se han instalado paneles solares a nivel industrial y doméstico, pero no se cuenta con normas que los regulen.
La implementación de redes inteligentes no solo implica desafíos técnicos y regulatorios, también abre la puerta a múltiples beneficios desde una perspectiva ambiental, económica y social.
Diversos especialistas han señalado que estas tecnologías pueden acelerar la transición energética en México si se combinan con políticas públicas adecuadas y la adopción de fuentes limpias.
Otros beneficios de la tecnología en el sector energético
La implementación de SG también representa una solución estratégica para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en México.
“Partiendo de los 485 millones de toneladas de GEI que producimos, el 30% de ellas provienen de la generación de electricidad que comúnmente está combinado porque hay quema de carbón y otros combustibles”, indica Óscar García Morales, especialista en temas de energía renovable.
En ese contexto, las redes inteligentes permiten integrar de forma eficiente fuentes renovables como la solar, facilitando su adopción en sectores productivos. Además del componente ecológico y fiscal, la energía solar es una opción económicamente competitiva gracias al avance tecnológico.

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Este sistema tiene un retorno de inversión del 100% entre tres y cinco años, indica el experto y agrega que, en la actualidad, el costo de generar un megawatt hora con energía solar es de tan solo 37 dólares, cuando hace una década costaba 300 dólares.
Las redes inteligentes fortalecen el modelo descentralizado de generación eléctrica, donde los usuarios también son generadores. Esto es clave para integrar tecnologías solares a pequeña y mediana escala. La fuente de energía, ya sea renovable o no, más barata en el mercado es la solar.
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