Expertos y empresas han discutido sobre el potencial que tiene la inteligencia artificial (IA)y las nuevas tecnologías para transformar la educación. Impulsar el aprendizaje con métodos más personalizados y flexibles ha sido una de sus principales consignas.
Como en todo, hay posturas contrarias. Una de ellas es la de Jared Cooney Horvath, neurocientífico, educador y autor de "Stop Talking, Start Influencing: 12 Insights from Brain Science to Make Your Message Stick".
El neurocientífico estadounidense tiene una perspectiva pesimista sobre el uso de la IA y la tecnología en la educación. Principalmente, por los efectos negativos a capacidades como la comprensión, la creatividad y el pensamiento crítico.
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¿Qué impacto tiene la IA y las nuevas tecnologías en la educación?
Hay varias investigaciones que examinan los efectos del uso de las tecnologías en el aprendizaje. Una de ellas explora las posibles consecuencias cognitivas de la dependencia a los chatbots impulsados con IA.
El estudio "From tools to threats: a reflection on the impact of artificial-intelligence chatbots on cognitive health" publicado en la revista Frontiers in Psychology en 2024 enfatiza que la población más joven puede resultar afectada de forma más desproporcionada debido a que sus cerebros se encuentran en constante desarrollo.
Investigadores de Burn Hall School en la India también identifican repercusiones de la IA en el desarrollo cognitivo. Entre ellas destaca la transformación en la percepción sobre la inteligencia, lo que puede provocar una disminución a la disposición a explorar y aprender nuevas cosas de forma independiente, tal y como se puede leer en su publicación "Impact of Artificial Intelligence (AI) on the Education and Cognitive Development of Young Children" de 2023.
El aprendizaje a través de herramientas físicas y digitales tiene resultados diferenciados. El análisis conjunto entre España y Estados Unidos "Relation between digital tool practices in the language arts classroom and reading comprehension scores" de 2023 señala que la frecuencia en el uso de dispositivos digitales en clases de lengua y literatura puede disminuir el nivel de comprensión lectora de los estudiantes.
Una de las principales razones, según los expertos, es que los alumnos asocian la tecnología con el ocio, lo que favorece “comportamientos de aprendizaje no óptimos”, como la atención superficial y la distracción.
Precisamente la relación con el ocio es lo que obstaculiza que estas innovaciones puedan usarse en la educación, de acuerdo con el neurocientífico Jared Cooney Horvath.
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Considera que no es que no deban usarse, sino que constantemente se usan para otros fines que, al intentar introducirlas en el proceso de aprendizaje, resulta complejo contrarrestar las ideas asociadas como la recreación y el entretenimiento.
“Hay cosas que la tecnología debería hacer si se utiliza correctamente, pero el truco es que no importa cómo creas que alguien debería utilizar una herramienta, una vez que se pone a disposición del público, la forma en que la usen determinará para qué sirve”, explica Jared Cooney Horvath durante la conferencia de prensa tras su participación en el IFE Conference 2025.
“La tecnología no se usa para la educación”
El neurocientífico señala que las empresas han mezclado el currículum con la pedagogía. Si bien, aclara que al vivir en un mundo digital, se tiene que enseñar sobre el uso de las tecnologías, eso no quiere decir que todo el proceso de aprendizaje deba sostenerse en ellas.
“Creo que se puede preparar a los niños para su futuro y al mismo tiempo enseñarles a pensar. Si lo aprendes como un ser humano real, usarás mejor la tecnología que si solo aprendes a hacerlo a través de ella”, asegura.
Con una perspectiva pesimista, el neurocientífico afirma que nadie las está usando de la forma en que se desearía emplearlas. Para Cooney Horvath el problema es que “diseñamos el aprendizaje para que se acople a la herramienta”, pero lo se debe hacer es que esta se adapte a aquel.
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No todo es negativo para Cooney, en algunos casos la implementación de estas innovaciones tiene beneficios positivos. De acuerdo con el académico, sucede en aumentar la accesibilidad de personas con alguna discapacidad de aprendizaje, simuladores de procedimiento para ciertas profesiones y áreas de estudio, así como en las crisis globales como la pandemia.
Más allá de su firme postura, considera que el aprendizaje a través de la tecnología y la IA se puede hacer especialmente al vivir en un mundo digital como el actual. Aunque aconseja que sea en menor medida, pues es “lento, menos impactante y menos útil” que el que se hace con otros seres humanos.
“No es que no se pueda aprender de ella. Es que hay mejores formas de hacerlo y lo hemos estado haciendo durante mucho tiempo”, puntualiza.
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