En un país en que el miedo se huele, es muy probable que hoy quien es encuestado oculte su verdadera intención del voto para evitar riesgos.

Hay que alertar al electorado respecto a la posible expropiación de los inmuebles de todas las familias mexicanas, que se convertirían únicamente en una concesión que el gobierno otorgaría a los ciudadanos.

De nada sirven las denuncias si quien debe ejecutar el mandato judicial lo ignora. Si el combate a la corrupción fuese real, hoy tendríamos las cárceles llenas de funcionarios corruptos.

Este gobierno que se cree innovador está repitiendo la misma historia que emprendieron hace más de 50 años gobiernos como los de Luis Echeverría y José López Portillo.

Es necesario que la ciudadanía reconozca que el Poder Judicial es confiable y es la más importante garantía de justicia. Sólo así se logrará preservar su independencia.

Es evidente que el Presidente está pretendiendo endulzar el oído de los votantes presentando su propuesta como producto de una buena intención.

Reabrir este caso —en estas fechas preelectorales— se convierte en un distractor para desviar la atención pública lo más lejos posible de los grandes escándalos que están detonando al final de este gobierno.

Xóchitl debe desnudar a la 4T a partir de los agravios e indiferencia de ésta ante las más sensibles problemáticas humanas, como el derecho a la seguridad física, patrimonial y salud.

Este acontecimiento debiésemos tomarlo como una llamada de alerta de alto riesgo para México, algún día podríamos sufrir lo que está sucediendo en ese país sudamericano.