El grupo gobernante, ensoberbecido y ciego por el poder que le confirieron los ciudadanos, decidió desmantelar de golpe las instituciones y avances que en los últimos 30 años habíamos construido los mexicanos.

Hasta ahora no les alcanzan los votos y tampoco serían respaldados por la mayoría de los magistrados electorales, quienes tendrán la palabra el 28 de agosto.