La reforma judicial que se está impulsando para septiembre y su propuesta de desaparición de organismos autónomos tendrían un impacto destructivo descomunal: México dejaría de ser el país democrático que es hasta hoy.

El grupo gobernante, ensoberbecido y ciego por el poder que le confirieron los ciudadanos, decidió desmantelar de golpe las instituciones y avances que en los últimos 30 años habíamos construido los mexicanos.