Para los organizadores, es parte de su economía y tratan de darle validez a una proyecto que la FIFA avaló, pero que está lejano, en las tribunas, de ser el deporte pasional que lo es en el resto del mundo

Señalados por ser parte de actos de corrupción para obtener el siguiente Mundial y de la violación a los derechos humanos de muchos de los trabajadores involucrados, hoy luchan por darle un giro a esos conceptos, en busca de llegar a una excelencia de organización