La novela La mañana debe seguir gris, que lleva conmoviendo a lectores desde los años 70, ahora se presenta en el escenario. Hay funciones en octubre y diciembre

De alguna manera, los ciudadanos de Culiacán y pueblos aledaños están secuestrados. No existe la libertad cuando se pone en juego la vida.

Dice que tardaron cuatro horas en salir de la escuela. Que desde afuera quien sabe quiénes y desde adentro los maestros y los de intendencia movían piedras para salir.

Isaac Levín y María Luisa Puga escogieron la distancia de la capital para vivir entre libros, para escribir, para disfrutar sus bibliotecas, para que el ruido del mundo estuviera bajo control.

La historia es sencilla y la cineasta posee la sensibilidad de convocar a la plástica nortea-mericana y la mirada chejoviana para cons-truir atmósferas que hacen de lo no dicho un ancla para mirar la condición humana.

Las fotos de los escritores del siglo XX nos los muestran frente a la máquina de escribir. Un martilleo rítmico acompañó el sonido de la creación.

Sea como sea  los reconocerás y les darás tu nombre y apellido, y quedarán así registrados para los trámites del mundo, para la memoria y la digestión de las bibliotecas.

En las novelas no hay verdades únicaso hegemónicas, su esencia es lo humano, las diferentes visiones del mundo; sonbúsquedas estéticas para intentar comprender la ambigua condición humana.