En nombre del pueblo se han destruido instituciones democráticas manchándolas -sin prueba alguna- con el estigma de la corrupción para debilitarlas y proceder así a su asalto. Mienten.

Según un estudio, un 90% de las frases factuales dichas por el mandatario mexicano no corresponden a los datos y estadísticas confiables, incluso de su propio gobierno.