
Si no piensas como yo, no basta decirte que estás equivocado, necesito insultarte para mostrarme como poseedor de esa infalibilidad. La política del insulto es la política del dogmático.

Si no piensas como yo, no basta decirte que estás equivocado, necesito insultarte para mostrarme como poseedor de esa infalibilidad. La política del insulto es la política del dogmático.



