



México no está en guerra ni es una dictadura, pero acumula más de 125 mil personas desaparecidas, más de 6 mil fosas clandestinas, 72 mil cuerpos y miles de restos humanos sin identificar.


Nuestro país enfrenta una mutación del terror donde la vida humana ha sido cosificada

Nuestros desaparecidos no solo son víctimas al ser privados de su libertad o vida. También son nuevamente desaparecidos al ser eliminados de los registros o ignorados en las políticas públicas.

El crecimiento exponencial del crimen organizado bajo el gobierno de López Obrador le ha pasado factura a su sucesora.

Más allá de la normalización social, lo más grave es cómo el crimen organizado ha tomado control de nuestra democracia.

México puede liderar una coalición de países latinoamericanos para abordar de manera conjunta las amenazas de Trump, presionando por una reforma migratoria integral a nivel regional.

Este año se dieron los cambios más profundos a la Carta Magna desde 1917: se terminó con un régimen donde el poder tenía contrapesos y podía ser controlado. En pocas palabras: la fundación de una autocracia.