Hace más de un año escribí sobre el giro populista que vivimos ahora en México y que se instala cada vez con más fuerza a través de los actos de poder de los que nuestro país ha sido víctima. Todos y cada uno de los elementos que los académicos refieren como esenciales para calificar a un gobierno de populista están claramente expresados en la vida política de nuestro país. Voy a referirme a dos elementos: