Hay un sector de ciudadanos a los que la historia política de México ha vuelto, y con razón, muy escépticos ante cualquier fuerza política que se convierte en mayoritaria y toma el control del aparato de gobierno.

La reforma judicial es un asunto consustancial a nuestra soberanía, pero la gran potencia vecina decidió hacer evidente que también es asunto suyo porque México está en su zona de influencia.