
Bien que desciendan las cifras de los muertos visibles, pero en el gobierno federal no deben echar las campanas al vuelo porque el narco hoy está matando de otra manera: desapareciendo a mexicanos.
Bien que desciendan las cifras de los muertos visibles, pero en el gobierno federal no deben echar las campanas al vuelo porque el narco hoy está matando de otra manera: desapareciendo a mexicanos.
Sigamos en el ‘no pasa nada’, o en el ‘sí pasa, pero no lo digas en público porque los neoliberales periodistas harán un escándalo’.
Otra generación más adoctrinada por la narco cultura mexicana, con todo lo que eso representa para la continuación de la ruptura del tejido social.
Sería tristísimo y decepcionante que durante su mandato se consolidara un movimiento autoritario con rasgos fascistas. Una presidencia dictatorial en estos tiempos representaría una tragedia nacional.
La Presidenta, con una “A” giganta que ha roto el techo político de cristal, tiene por delante una misión inconmensurable: que las mujeres lideren México, y no de forma retórica.
¿Por qué no podemos superar el pasado y pedir ayuda a nuestros antiguos enemigos de quienes hoy somos socios cercanísimos?
La oposición tiene que asimilar: hoy, la mayoría no quiere a sus figuras. Busquen las razones y vean qué pueden hacer para representar alternativas de gobierno.
Para cualquier democracia es una tragedia política que no exista una oposición vibrante. Un contrapeso político. Un equilibrio de poderes. En cualquier época es decadente que no haya una alternativa viable para las mayorías.
Ojalá que sea una política cortés, una científica gobernante, quizá una estadista si nos va bien, y que no sucumba jamás a las tentaciones despóticas.
No podemos permitir que nos derroten los políticos criminales ni los capos metidos a políticos. Por eso tenemos que salir a votar masivamente.