El Gran Sueño
Mi anhelo de escribir comenzó a espabilar en tercero de secundaria, mientras tecleaba en mi Commodore 64 las palabras que darían voz al video de generación, allá en 1991
Mi anhelo de escribir comenzó a espabilar en tercero de secundaria, mientras tecleaba en mi Commodore 64 las palabras que darían voz al video de generación, allá en 1991
No importa que el jueves vaya a cumplir 44 años de edad, cuando mi madre lea esta columna, seguro me manda un mensaje por Whatsapp o comenta en mis redes sociales que cómo diablos se me ocurre correr solo por la ciudad de noche.
En algún momento, pensé detenerme, pero tengo la creencia de que pararse en una competencia es un fracaso
Ya las tengo. Mi esposa me las compró de Navidad. Y yo a ella
El tiempo apremia y me quedan dos horas para entregar esta columna.
A veces, por culpa de los participantes y otras por responsabilidad de las empresas organizadoras, quienes ocasional o recurrentemente nos inscribimos a carreras, no siempre nos llevamos buenas experiencias
Este fin de semana, más que de romper récords, fue de destruir la lógica.
“Esa parte de mi vida se llama ‘felicidad’”, escribió Valente Mendoza en su Instagram, al pie de la fotografía en la que cruza en primer lugar la meta de los 400 metros de la Universiada Mundial de Nápoles, apenas el 10 de julio.
Me acuerdo cuando podía despertar sin problemas pasado el mediodía
Me puse a hacer un recuento mental de algunas cosas que suelo hacer al correr distancias largas